Autores: Howard Chaykin y David Tischman (guión); Niko Henrichon (dibujos)
Edita: Norma, Barcelona, 2004.
A ver si adivinan.
Es un grupo de gente con habilidades especiales. Algunos tienen apariencia extraña. Todos son unos freaks of nature a los que la sociedad mira con curiosidad y/o revulsión. Su jefe es un personaje carismático. Detienen poderosas amenazas y planes que pueden cambiar el mundo. ¿Quiénes son?
¿Los X Men? NO
¿La Doom Patrol? Tampoco.
Ok, una pista adicional: sus aventuras se ambientan a fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y tienen una onda steampunk
Obvio, la League of Extraordinary Gentlemen de Alan Moore…
NO, tampoco.
¿Se rinden?
Bien, la respuesta es… ¡P.T. Barnum y su circo!
¿Suena a chiste, no es cierto?
Teniendo en cuenta que detrás de esta historieta está Howard Chaykin, lo más probable es que el chiste sea completamente a propósito. Recordemos que Chaykin es un tipo que desde la década de 1980 se ha dedicado a deconstruir el comic americano con una calidad y mala leche implacable. Desde American Flagg hasta Black Kiss (pasando por sus versiones de The Shadow y Blackhawk, Power & Glory o los Elseworlds de la DC, los únicos donde Batman o Superman son realmente diferentes personajes y no los mismos tipos actuando igual en diferentes ambientes), no hay género que Chaykin no se haya merendado por obra y gracia de un tongue-in-cheek inteligente para paladares exquisitos. Teniendo en cuenta estos antecedentes, ¿por qué no ver en esta aventura basada en personajes reales (tanto Barnum y su circo como su archirrival, Nikola Tesla, existieron realmente) sino la manera sutil de burlarse del retro victoriano y/o pulpesco que Alan Moore abrazo hace un par de años en su línea ABC? Y de paso dedicándose a poner a los mutantes marvelianos en su justo lugar: como herederos hipervitaminizados y llenos de spandex de los carnival freaks del siglo XIX.
Que Chaykin está muerto de risa lo deja claro el disparatado argumento. Nikola tesla quiere separar California de USA para controlarla (apoyado por un consorcio de empresarios que buscan maximizar sus beneficios, que Chaykin es justamente uno de los pocos guionistas yanquis que todavía entiende de historia y política en sus obras) y tiene un plan maestro donde se incluyen computadoras Babbage, cohetes gigantes teledirigidos, zeppelines y energía electromagnética. Y frente a él están Barnum y su circo de freaks, la primera mujer agente secreto de Estados unidos y un doctor negro experto en artes marciales. O sea, un absurdo total, super entretenido y tan lleno de acción como cualquier buena saga de X Men. Y encima dibujado de forma notable por Niko Henrichon, total desconocido para mí. O sea, esta novela gráfica es todo lo que no fue The Wild Wild West (la peli de Will Smith): una demencia retro que se caga en la historia real pero es una pasada divertidísima con un subtexto sarcástico que no está a primera vista, pero que tampoco es un chiste hermético.
Por supuesto, nadie le dio bola en su momento a esta historieta y seguramente será considerada una obra menor de Chaykin por mucha gente. Pero es lógico: Chaykin está subvalorado, lo que es simplemente la demostración que faltan críticos serios en la historieta. Pero bueh, ese es otro cuento…