Revista Cocina
Estaréis pensando que acorto el tiempo entre dulce y dulce y lleváis toda la razón. Obedece esto a que se me acumula la repostería que tengo en borradores desde hace unos cuantos meses. Así es que tendré que vaciar mi carpeta confitera y dejar espacioso su lugar.
Me preguntan por cositas dulces, vistosas y súper fáciles y rápidamente me he ido a estas barritas que podría hacerlas un niño medio espabilado.
Era yo aún adolescente cuando aprendí a hacer esta mezcla simple, que por aquel entonces me pareció un hallazgo increíble.
Nuestra "profe" de labores, sí habéis leído bien (entonces, en mi tiempo estudiantil, había profesoras de labores, no hace tanto ¡eh! jjj.), era un comodín y la acoplaban a cualquier ocurrencia que de la mano de la administración se decidiera. Podía enseñarnos las bases de una costura básica, moral y ética, política, educación ¡y cocina! Muy adelantado era mi instituto experimental respecto a otros de mi ciudad. A estas clases acudíamos chicas y chicos y nunca se nos ocurrió pensar que los varones allí no pintaban nada, era de lo más normal. Con los años mirad lo que ha ocurrido con ellos ¡cómo han despuntado! ¡y cómo se nos derrumbó nuestra educación!
Pues bien, la receta de hoy está inspirada en el primer dulce que nos enseñó "la seño": Las bolitas de coco. ¿Y qué llevaban estas bolitas…? ¡coco y leche condensada! para partirse el cráneo, jajaja. Seguro que alguno de vosotros las ha hecho alguna vez.
Les di un giro sencillo y elegante y las transformé en las barritas que ahora mismo os explico. Si además os gusta el coco vais a querer probarlas pronto. Me gusta hacerlas para Navidad pero vienen estupendas para tiempos de calores teniéndolas en el congelador, mis hijos las devoran.
Tenéis que perdonarme pues estos días estoy muy ocupada y apenas me queda tiempo libre para dedicarle al blog. En unos minutos os veo.
Ingredientes:
- Coco rallado 250 g.- Leche condensada 350 g.- Colorante alimentario rojo.
Elaboración:
Mezcla la leche condensada con el coco en un bol.
Sepárala en dos cuencos más pequeños, tinta con colorante rojo uno de ellos e integra bien para que coja color al parejo.
Cubre un molde rectangular (o cuadrado) con papel de horno engrasado (de tener spray desmoldante mejor, para que no coja sabores). Mi molde mide 18 x 20 cm.
Extiende en el fondo del molde (sobre el papel), aplanando con la base de una cuchara, el coco sin colorear. Cubre bien los lados y procura que quede nivelado. Extiende encima el coco teñido y cúbrelo todo.
Introduce, tapando con film, en el congelador dos horas (esto es para que al cortar queden los bordes más definidos). Corta en porciones parejas.
Puedes tomarlas frías o del tiempo.