La empresa española Graphenano ha presentado junto a su socio chino, Chint, baterías fabricadas con un polímero de grafeno que, si se utilizan en vehículos eléctricos, permitiría una autonomía de 800 kilómetros. También ocupa entre 20 y 30% menos que una batería de litio y podría ser cargada al 100% en sólo 5 minutos.
El grafeno es un nanomaterial formado por carbono puro, con átomos dispuestos en forma hexagonal regular, similar al grafito y cuyas características son dureza, flexibilidad y elasticidad.
Es transparente, tiene una conductividad térmica y eléctrica muy alta, es ligero y genera electricidad cuando es alcanzado por la luz.
Las baterías de Grabat presentadas por Martín Martínez, Presidente y CEO de Graphenano, están destinadas a ser utilizadas como baterías de uso doméstico, para ser autosuficientes, en vehículos eléctricos (tanto automóviles como bicicletas), aviones no tripulados e incluso marcapasos.
En el caso del automóvil, destacó que la tecnología que utilizan no puede compararse con el litio actual, ya que aunque este último tiene una densidad de energía de 180 Wh / kg “no es real”.
Las baterías Grabat, que se van a fabricar en Yecla (Murcia), tienen una densidad de 1.000 Wh / kg, una tensión de 2.3V y cuando han sido analizadas por los organismos independientes TÜV y Dekra, no han explotado, como puede suceder con una batería de litio. Además, tras ser cortocircuitados, volvieron a trabajar con el 60% de la carga, según Martínez.
Según el presidente, “un enorme potencial, ya que la velocidad de carga y descarga es de 100 C, mientras que la de un litio es 3C, y no tiene efecto de memoria”.
Esto significa que, si la red eléctrica lo permite, un vehículo podría cargarse en 5 minutos, con lo que se puede conducir – en el caso de un coche sub-compacto – durante 800 kilómetros, en comparación con los 400 kilómetros que ofrece Tesla o los 250 kilómetros de un Nissan Leaf o un Renault Zoe. Incluso podría llegar a una autonomía de más de 1.000 kilómetros, dependiendo del coche.
El director subrayó que la batería de grafeno es modulable, por lo que están trabajando con varias compañías de automóviles – no se dan nombres – y las compañías de aviones, como Airbus, para que puedan adaptarse a sus productos y decidir la autonomía y la capacidad de carga y la recarga que desean.
Hablando de precios, que se evitó, señaló que es similar a los de una batería de litio, porque lo más importante es que es rentable y se puede comercializar para convertirse en la “tercera revolución industrial”.
Su vida útil es 4 veces superior a los de litio y la carga puede ser inductiva.
Para el desarrollo de las baterías Grabat, han colaborado con las Universidades de Córdoba y Ciudad Real. Las baterías domésticas tienen una potencia de 24 kW (tres veces más y ocupan tres veces menos que las actuales).
La fabricación en España y China será posible gracias a la aportación del Grupo Chint, multinacional china especializada en automatización, generación eléctrica y producción de paneles solares.
El proyecto de industrialización de las baterías tiene dos fases. La primera, donde se invirtieron 30 millones de euros, permitirá la construcción de 20 líneas de fabricación en la planta de Yecla (Murcia, España), que producirá 80 millones de células al año.
La segunda fase supondrá una inversión de 350 millones de euros para fabricar la mayor fábrica, que permitirá emplear a 7.000 personas y en 2019, se obtendrá un pico de facturación de 3.000 a 4.000 millones de euros.
Revista Ciencia
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