Revista Cultura y Ocio
Durante este año que se cierra, he tenido la suerte de participar, de una u otra manera, en cuatro antologías: Viscerales, Al otro lado del espejo, Heterogéneos y Beatitud: visiones de la Beat Generation. Esta última ha sido seleccionada por la web Alta Fidelidad como uno de los libros del año (aquí), lo cual nos enorgullece a todos los que hemos aportado nuestro granito de arena al proyecto.
Te dejo con un fragmento de mi relato, Ruta 23, y con el vídeo que hizo Pablo Crespo para la promoción:Se conoció como Ruta Destroy (o Ruta del Bakalao) al primer movimiento clubbing de España. Como su antecesor, la Movida, la Ruta Destroy nació gracias al ansia de libertad colectiva surgida tras la llegada de la Democracia. Era una forma de entender la vida, una manera de llenar el vacío de una generación que no podía reflexionar sobre el cambio porque sólo tenía tiempo para vivirlo.Todo empezó en Valencia, a mediados de los ochenta. La Sala Barraca fue la pionera. Consiguió mezclar en su pista tribus urbanas de lo más diverso. Remaban en el mismo barco, querían conocer de primera mano las nuevas tendencias musicales que llegaban desde Europa, la música de las máquinas: la música electrónica. Tras el éxito de Barraca, el área metropolitana de Valencia se pobló de macro-discotecas que ofertaban diferentes estilos de vanguardia musical. La denominación de Ruta Destroy hacía referencia al mapa de carreteras que conectaba estas salas.