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“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)

Publicado el 02 enero 2019 por Zangol
Una pequeña joya del cine español que siempre me ha parecido minusvalorada a pesar de haber ganado un montón de premios y entre ellos 9 Goyas de 17 a los que estaba nominada (película, dirección, actriz principal, actor de reparto, actriz de reparto, guión original, fotografía, dirección artística, montaje) y el Óscar a mejor película de habla no inglesa. Logra la magia de evadirte durante algo más de hora y media con su vitalidad, su alegría de vivir, su exploración del deseo. Su reparto al completo está en estado de gracia y ofrece desfile de personajes inolvidables cuyo encuentro hace posible la sonrisa y también la evasión en un mundo perdido en el recuerdo, una belle epoque que te deja un profundo poso melancólico y nostálgico.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
***** Título original: Belle epoque País: Francia, España, Portugal Duración: 109 min. Género: Drama, Romántica, Comedia Reparto: Penélope Cruz, Miriam Díaz Aroca, Gabino Diego, Fernando Fernán Gómez, Michel Galabru, Ariadna Gil, Agustín González, Chus Lampreave, Mary Carmen Ramírez, Jorge Sanz, Maribel Verdú, Juan José Otegui, Jesús Bonilla, María Galiana, Joan Potau, Félix Cubero, Marciano De La Fuente, José Antonio Sacristán, Manuel Huete, Luís Zagalo, Adelina Andrade, João Salaviza, Bernardino Nascimento, François Venturini, Miguel Pyrrait, Joaquín Raposo, Luis Romero, José Graniza, Fernando Sequeira, Eduardo Marques Guión: Rafael Azcona, José Luis García Sánchez, Fernando Trueba Productora: Lolafilms, Animatógrafo, Fernando Trueba Producciones Cinematográficas S.A. Fotografía: José Luis Alcaine Maquillaje: Alda Matos, Ana Ferreira, Ana Lorena, Dina Chorão, Erica Porru Montaje: Carmen Frías Música: Antoine Duhamel




“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
El año pasado se cumplían 25 años del estreno de “Belle epoque”, ¡¡¡madre mía!!!! va a ser verdad eso de que la vida se pasa en un suspiro, recuerdo el momento en que la vi como si fuera hace unas semanas y recientemente la he vuelto a ver. Dos ideas me asaltan a bote pronto, una es que no tengo sensación de que el tiempo la haya perjudicado, al revés, me ha gustado si cabe más que la primera vez que la vi. La otra idea que me ronda tiene que ver con la impresión general que se tiene de la película. No fue suficiente que ganara 9 Goyas y el Óscar a mejor película de habla no inglesa (el segundo de España), la opinión generalizada fue, ha sido y es que “está bien, es divertida” pero parece que nadie se atreve a encumbrarla, como si fuera un logro menor. Yo no estoy de acuerdo, me parece que está francamente bien.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
Tendemos a minusvalorar la comedia y los argumentos que, como el de “Belle epoque” parecen simples. Por que ¿De qué va? Sencillamente cuenta en la España de 1931 las andanzas de unos pocos días de un chaval que ha desertado en casa de un burgués de provincias casado con una cantante de zarzuela con sus hermosas cuatro hijas. Fin. Pero no es tan simple ni tan fácil hacer una película como ésta que literalmente te traslada a otra época, a una especie de arcadia rural en la que se detiene el tiempo, que te evade y te conduce no tanto a un lugar y un tiempo concreto como a un estado de ánimo y una circunstancia en la que late la juventud, el deseo, la esperanza, la alegría de vivir. Trueba siempre lo ha dicho, su película pretendía ser vitalista, luminosa, contagiosa y su éxito radica en que lo consiguió, cosa que no es sencilla de hacer.
Con “Belle epoque” designaban los franceses al periodo entre la guerra franco-prusiana y la primera guerra mundial, una etapa entre guerras que se vió en la refriega posterior como un paraíso perdido. En la película la “Belle epoque” evoca los años anteriores a la guerra civil, pero también una etapa en la vida de los personajes que será un remanso de paz y disfrute antes de los acontecimientos que están por llegar y concretamente se sospecha la mejor etapa de la vida del protagonista, Fernando, aún joven, aún descubriendo el mundo, con sus hormonas alteradas por las cuatro hijas de Manolo.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
El guión de Rafael Azcona, José Luis García Sánchez y el propio Fernando Trueba es más complejo de lo que parece y se juega mucho con la metáfora. En el ir y venir de los personajes se vislumbran prototipos que poblaban la compleja España de entonces. Así vemos como en la escena inicial, surrealista, pero especialmente relevante y significativa se terminan enfrentando suegro y yerno, guardias civiles ambos, uno proclive a la llegada de la república por puro pragmatismo, el otro obsesionado con el cumplimiento inexcusable del deber y acaban como acaban ante la mirada atónita de un Fernando (no creo que sea casualidad que se llame como el director) que ni entiende ni comparte como llegan a lo que llegan. Hay mucho más porque habla sobre la vida y el deseo y como suele ocurrir en los mejores guiones de Azcona, cada personaje es muy rico, complejo y lleno de matices e ironía. Muchas veces la comicidad y el humor no proviene de “chistes” o escenas forzadas sino de situaciones derivadas de cómo son estos personajes: un burgués de espíritu rebelde que se lamenta de no haberlo sido en ninguno de los ámbitos de su vida; un cura que frecuenta la casa de citas de La Polonia (casi irreconocible María Galiana) para jugar a las cartas y con una grave crisis espiritual por leer en exceso a Unamuno; una madre coraje que se dedica a la zarzuela y a la buena vida viajando por el mundo pero que regresa periódicamente a casa de su Manolo para festejar para desconsuelo de su amante italiano; el amante, un millonario que dilapida su fortuna para que su Amalia haga carrera con un género que anda ya mortecino; una viuda acomodada con un negocio propio que heredó de su marido ¿ahogado? en el río; la guapa “tontita” capaz de rendir a cualquier hombre a la que importa más el dinero que el amor; su pretendiente, el niño rico del pueblo acogotado por una madre obsesionada con la misa y el decoro; la hija díscola, la oveja negra de la familia que es un hijo en potencia y nació con el sexo equivocado…Trueba, Azcona y García Sánchez los juntan a todos y consiguen algo mágico, una película divertida, muy entretenida, que rebosa alegría, con un ritmo perfecto, con un enorme poder evocador, con su poso de nostalgia y uno como espectador reconoce sus propios paraísos perdidos y también asiste a un retrato irónico de un mundo en desaparición.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
Particularmente me gusta mucho el final porque sin que se explique nada de forma explícita comprendes que nada será ya igual para ninguno de los personajes, ni para España (sabemos que es España porque al principio se nombra a Jaca y al final aparece el cartel de la estación de Arcos). Si la película tuviera continuación sería un drama y por eso las miradas de Fernando y sobretodo de Manolo montando en su carro con su caballo Lucero después de ver partir a sus hijas están tan cargadas de melancolía. Como espectador experimentas algo parecido, la película viene a ser un pequeño oasis de vitalidad y alegría, del que te marchas con un regusto agridulce. Son sensaciones que parecen fáciles de conseguir pero que están sólo al alcance de unos pocos directores elegidos.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)
Y no fue fácil para Trueba, al parecer y por la falta de financiación la filmación se detuvo y canceló hasta tres veces, tuvieron que rodar en Portugal para conseguir unos costes más baratos y no resultó sencilla de hacer. En cambio en su diseño y concepción se juntan grandes mimbres: el mejor Azcona, el mejor García Sánchez, el mejor Trueba, un grupo de actores y actrices en un estado de gracia (ellas están todas divertidísimas y Fernando Fernán Gómez lo borda, como siempre)….la película tiene claras influencias de Renoir, del cine anterior de Trueba (siempre me ha parecido que es una clara evolución de “El año de las luces”), me recuerda al cine más logrado de José Luis Cuerda, la firma de Azcona esta clarísima, la inspiración de Billy Wilder (Trueba le agradeció su óscar a él por el mero hecho de ser su Dios) y la da a los personajes un tono similar al que conseguía en las películas de Berlanga…..En realidad es un pequeño milagro del cine español que culmina una forma de hacer cine y comedia de toda una época (años 80 y 90). En mi opinión es una película a la que no sobra ni falta nada, hermosa en la simplicidad de su argumento, pero compleja si indagas en ella, poética, alegre, vital, en fin, una joya.
“Belle epoque” (Fernando Trueba, 1992)

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