Revista Cocina
Creo que comer y cocinar es recordar. Esto mismo lo he puesto en otras recetas, pero insisto porque para mi es importante. Cada persona tiene sus capacidades, y yo no me destaco precisamente por mi memoria, soy lo más parecido que hay un pez, pero en vez de con aletas con dos patas, excepto para los sabores, para recordar comidas, para identificar lugares con aquello que allí comí. Y la receta de hoy es de esas.
Me recuerda a cuando era enano y volvíamos de la Coruña a Madrid, un viajecito de 14 horas mínimo y en la provincia de Orense parábamos a comprar un bizcocho, compacto, algo amarillento y envuelto en papel, con una costra de azúcar por encima. Cuando volvimos a vivir a Madrid, ese bizcocho ya no existía pero mi padre en algún viaje nos lo volvía a traer.
Puede parecer un bizcocho normal, pero no lo es, es de textura compacta, con un delicioso color amarillo, con su costra de azúcar por encima, con mucho sabor y muy duradero. Es típico de la comarca de la Ribera Sacra y hasta hace unos años era imposible de encontrar fuera de esa zona. Hay distintas variaciones a la receta pero posiblemente la más típica es la que se elabora en la Puebla de Trives. Lo que le da un carácter especial es la "manteca" de vaca, una especie de mantequilla sacada de la nata de la leche, como en Madrid es difícil, o imposible de lograr, con mantequilla queda casi igual. En los distintos pueblos existen distintas recetas, con elaboraciones con 100% trigo a elaboraciones 100% maíz, yo he elegido una cosa intermedia.
INGREDIENTES
Para el prefermento
150gr. de harina de fuerza.80gr. de leche entera.4gr. de levadura panadera seca (12gr. si es fresca).
Masa
300gr. de mantequilla.350gr de azúcar.150gr. de harina de trigo.6 huevos 50gr. de harina de maíz.Ralladura de medio limón.Azúcar para la costra con 1 cucharadita de canela.
ELABORACION.
Mezclamos los ingredientes del prefermento. Podemos dejarlos reposar en la nevera de un día para otro o un par de horas a temperatura ambiente.
Un rato antes de ir a preparar la receta, sacamos la mantequilla para que este blanda, la mezclamos con el azúcar y mezclamos hasta que blanqueé. Añadimos los huevos de uno en uno, hasta que uno no este bien integrado no añadimos el siguiente.
Echamos las harinas tamizadas. Podemos hacerlo solo con trigo o con una proporción mayor de maíz. El maíz aporta color y un sabor muy característico. Junto con la harina añadimos la ralladura de medio limón, solo tiene que dar un poco de aroma, pero no queremos que predomine su sabor, mezclamos bien y añadimos el prefermento en trozos y lo mezclamos todo bien hasta que este bien integrado.
Lo ponemos en un molde. La típica bica se prepara en moldes rectangulares, pero esto va a gusto del consumidor. Yo la prepare en un molde rectangular forrado con papel sulfurizado, que es como lo recuerdo de pequeño, pero perfectamente podéis poner las paredes del molde con mantequilla y harina para que no se pegue. Una vez relleno el molde, es bueno dejar reposar la masa 30 minutillos mientras precalentamos el horno a 150 grados.
Cubrimos la masa con abundante azúcar mezclada con 1/2 cucharadita de canela y horneamos durante 50 minutos con calor arriba y abajo.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. San Lucas 6, 37
Me recuerda a cuando era enano y volvíamos de la Coruña a Madrid, un viajecito de 14 horas mínimo y en la provincia de Orense parábamos a comprar un bizcocho, compacto, algo amarillento y envuelto en papel, con una costra de azúcar por encima. Cuando volvimos a vivir a Madrid, ese bizcocho ya no existía pero mi padre en algún viaje nos lo volvía a traer.
Puede parecer un bizcocho normal, pero no lo es, es de textura compacta, con un delicioso color amarillo, con su costra de azúcar por encima, con mucho sabor y muy duradero. Es típico de la comarca de la Ribera Sacra y hasta hace unos años era imposible de encontrar fuera de esa zona. Hay distintas variaciones a la receta pero posiblemente la más típica es la que se elabora en la Puebla de Trives. Lo que le da un carácter especial es la "manteca" de vaca, una especie de mantequilla sacada de la nata de la leche, como en Madrid es difícil, o imposible de lograr, con mantequilla queda casi igual. En los distintos pueblos existen distintas recetas, con elaboraciones con 100% trigo a elaboraciones 100% maíz, yo he elegido una cosa intermedia.
INGREDIENTES
Para el prefermento
150gr. de harina de fuerza.80gr. de leche entera.4gr. de levadura panadera seca (12gr. si es fresca).
Masa
300gr. de mantequilla.350gr de azúcar.150gr. de harina de trigo.6 huevos 50gr. de harina de maíz.Ralladura de medio limón.Azúcar para la costra con 1 cucharadita de canela.
ELABORACION.
Mezclamos los ingredientes del prefermento. Podemos dejarlos reposar en la nevera de un día para otro o un par de horas a temperatura ambiente.
Un rato antes de ir a preparar la receta, sacamos la mantequilla para que este blanda, la mezclamos con el azúcar y mezclamos hasta que blanqueé. Añadimos los huevos de uno en uno, hasta que uno no este bien integrado no añadimos el siguiente.
Echamos las harinas tamizadas. Podemos hacerlo solo con trigo o con una proporción mayor de maíz. El maíz aporta color y un sabor muy característico. Junto con la harina añadimos la ralladura de medio limón, solo tiene que dar un poco de aroma, pero no queremos que predomine su sabor, mezclamos bien y añadimos el prefermento en trozos y lo mezclamos todo bien hasta que este bien integrado.
Lo ponemos en un molde. La típica bica se prepara en moldes rectangulares, pero esto va a gusto del consumidor. Yo la prepare en un molde rectangular forrado con papel sulfurizado, que es como lo recuerdo de pequeño, pero perfectamente podéis poner las paredes del molde con mantequilla y harina para que no se pegue. Una vez relleno el molde, es bueno dejar reposar la masa 30 minutillos mientras precalentamos el horno a 150 grados.
Cubrimos la masa con abundante azúcar mezclada con 1/2 cucharadita de canela y horneamos durante 50 minutos con calor arriba y abajo.
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. San Lucas 6, 37