Me había quedado de canguro con mis dos nietos un viernes por la noche, y a las 7 de la mañana del sábado ya tenía a Sofía pidiendo jugar. Como ya he dicho en alguna ocasión me encanta madrugar, pero ese día estaba especialmente perezosa e intenté remolonear. ¡Fue imposible!
Levantarme de la cama para ver por enésima vez Aladín no era el plan que más me apetecía, y eso que disfruto con las películas de Disney, así que le propuse a la peque hacer un "bollo" para desayunar".
Había visto un curioso bizcocho que había hecho Juana de "La cocina de Babel" Digo curioso porque entre sus ingredientes llevaba Coca Cola. Ya había preparado una tarta con cerveza negra, la famosa Tarta Guines y el resultado había sido estupendo, por lo que me puse manos a la obra. Juana hizo su pastel con cobertura de chocolate, y además utilizó mantequilla, pero yo preferí sustituir esta por un aceite de oliva de Hojiblanca que es especial para desayunos y meriendas.
Os preguntaréis de donde sale el nombre de este bizcocho, pues del resultado de montar las silabas de las palabras que lo componene bizcocho-chocolate-cola-
Necesitamos lo siguiente:
200 gr. de Coca Cola
200 gr. de aceite Hojiblanca especial desayunos y meriendas
175 gr. de leche
50 gr. de nata líquida
220 gr. de harina
3 cucharaditas de levadura
1/4 de cucharadita de bicarbonato
50 gr. de cacao puro en polvo
200 gr de azúcar (240 en el original)
1 sobre de azúcar avainillado
2 huevos
Mezclamos el aceite con la Coca-Cola y añadimos a continuación la leche y la nata. removemos para que se mezcle bien y reservamos.
En un bol tamizamos el harina junto a la levadura, el bicarbonato y el cacao. Mezclamos bien y reservamos. Batimos los huevos con el azúcar y los incorporamos junto con la mezcla de líquidos. Lo hacemos lentamente con movimientos envolventes.
Mientras tanto Sofía, metiéndose entre mis piernas no paraba de decir "¿Ayuda "bela", sí, ayuda?"
Al ver las fotos vi que en la esquina inferior izquierda aparecía su carita
Así que antes de que le cayese todo el bol en la cabeza, la subí a un taburete y la dejé mezclar. Tengo que decir que durante todo el proceso le iba explicando todos los pasos que hacía y ella escuchaba encantada, pero ya le apetecía colaborar.
En un molde pincelado con aceite, vertemos todo y lo ponemos en el horno previamente precalentado a 180º durante 45'. Pinchamos el centro con una varilla y si sale limpia lo sacamos del horno y lo dejamos enfriar en una rejilla.
Juana preparó una cobertura de chocolate que virtió por encima, pero yo lo había hecho para el desayuno del domingo y preferí que no tuviese nada más que un poco de azúcar glas por encima.
La pequeña Sofía dio buena cuenta de un trozo de bizcocho, y se llevo "aluego" lo que sobró.
¿Os animáis a hacerlo?
Bon Appétit