Hace ya algún tiempo, en una entrada anterior, os comentaba sobre otros usos que le doy a la polenta. No me he podido resistir para pasaros la receta de estos bizcochitos que son una delicia por su suavidad, textura y sabor. Son muy adictivos, no te cansan, si no tenéis mucha fuerza de voluntad os aconsejo que no los hagáis, jajaja.
La polenta que he utilizado es la exprés, aunque por descontado podéis poner la normal, la he usado porque tenía un paquete abierto en la despensa y tenía que gastarlo. Como veréis no tiene la subida de un bizcocho normal, pero eso no tiene importancia pues gana en textura, es inevitable porque carece de gluten y no lleva levadura (cuando la encuentro sin gluten es la que le pongo, pero hoy no tenía).
Ingredientes:
- Polenta exprés 75 g.- Huevos L, 3.- Azúcar 175 g.- Mantequilla ablandada 175 g.- Almendras sin piel 150 g.- Bicarbonato sódico 1 cdta.- Ralladura de un limón entre verde y amarillo.
Elaboración:
Preparamos un molde rectangular y untamos el fondo y las paredes con mantequilla. Cubrimos el fondo con papel de hornear y volvemos a untarlo. Encendemos el horno a 160 ºC.
Lo primero será batir la mantequilla, punto pomada, con el azúcar. En este proceso uso la batidora normal de aspas. Batimos hasta integrar lo máximo posible. Incorporamos los huevos uno a uno. Cuando hayamos terminado de ponerlos, cambiamos las aspas por las varillas para introducir algo de aire a la masa.
Ya sin batir, añadimos los demás ingredientes, la polenta con el bicarbonato, la ralladura de limón y las almendras molidas (no demasiado) hacerlo aireando, sin castigar la mezcla.
Volcamos el preparado en el molde y metemos en el horno una hora aproximadamente. Vigilamos que no se nos queme, si es necesario cubrimos la superficie con papel de aluminio. Pinchamos con una aguja el centro para comprobar que esté cocido.
Dejamos un rato reposando y desmoldamos cuando esté templado. Esperamos que enfríe y cortamos en porciones.