Yo le he hecho con piña en su jugo y el resultado es un bizcocho muy jugoso, que podéis degustar tanto para acompañar a un cafecito o un cola cao, como a mí me gusta, como para merendar o finalizar una comida.
Exquisito y muy fácil de hacer, como siempre. Una deliciosa manera de estrenar horno, ¿verdad?
Ingredientes:
- 6 rodajas de piña en su jugo
- 4 huevos
- 250gr de azúcar
- 12 cucharadas del jugo de piña
- 1 sobre de azúcar avainillado
- 4 cucharadas de mantequilla
- 250gr de harina
- 1 sobre de levadura en polvo
- margarina y azúcar morena para el molde
1.- Ponemos a precalentar el horno a 180º.
2.- Mientras, en un bol echaremos los huevos.
3.- Añadimos el azúcar.
4.- Y batimos bien.
5.- Hasta obtener una crema fina y espumosa.
$6.- Añadimos el jugo de piña.
7.- Y la mantequilla ligeramente derretida (unos segundos en el micro es suficiente).
8.- Añadimos el azúcar avainillado.
9.- Volvemos a batir para integrar los ingredientes.
10.- Ahora agregamos la harina tamizada con la levadura.
11.- Yo usé un colador grande para tamizar la harina con la levadura.
12.- Mezclaremos nuevamente, pero esta vez manualmente y con ayuda de una espátula.
13.- Hasta que quede una cremita fina y sin grumos.
14.- Ahora prepararemos el molde. Yo, a falta de uno desmoldable cuadrado, cogí un molde de silicona, que no me gustan en absoluto, pero bueno...
15.- Yo lo engrasé, aunque dicen que para los de silicona no es necesario.
16.- Y esparcí azúcar moreno.
17.- El molde me quedó tal y como véis:
18.- Pondremos las rodajas de piña repartidas en la base del molde.
19.- Y vertiremos la mezcla anterior sobre ellas.
20.- Introducimos en el horno que teníamos precalentado a 180º durante unos 45 minutos. Comprobaremos con un palillo, si sale seco, ya estará listo.
21.- Sacaremos del horno y acto seguido, sin dejar enfríar, desmoldaremos sobre una bandeja.
22.- Éste es el aspecto del bizcocho.... Ummmmm!!!
23.- Espolvoreamos azúcar moreno por encima.
24.- Y ya tenemos nuestro bizcocho listo ;)
Un pequeño trocito para vosotros.
Delicioso, ¿no creéis?