Revista Cocina
Todos los bizcochos están buenos, pero en estos últimos tiempos se han puesto de moda los de queso. Puede que aún no los hayáis probado, por eso hoy me apeteció hacer uno para que comprobéis que no es complicado, seguir unas pautas sin desviarse y el éxito lo tendremos en nuestras manos.
Estamos en tiempo de mangos y me he atrevido a poner unas láminas en su interior, con precaución, temiendo que no creciera por el peso extra añadido. Ha subido sin problemas y eso me ha animado a querer poner más cantidad la próxima vez. Ha quedado un bizcocho buenísimo, discreto y en su justo dulzor. He acertado combinando queso y mango, se llevan a las mil maravillas. No durará mucho pues está diciendo cómeme.
Ingredientes:
- Mantequilla punto pomada 125 g.- Queso Philadephia 125 g.- Azúcar 125 g.- Harina de repostería 125 g.- Levadura química ½ sobre.- Huevos L, 2.- Azúcar glas para espolvorear.
Elaboración:
Enciende el horno a 180 ⁰C, calor arriba y abajo.
Prepara un molde de cake untando con mantequilla y cubierto con papel de horno, que también untamos con mantequilla.
Bate a media velocidad, con batidora eléctrica de varillas, la mantequilla y el queso hasta conseguir una crema blanquecina y bien integrada.
Añade poco a poco el azúcar incorporándola a la mezcla.
Separa las yemas de las claras. Agrega las yemas de una en una (no añadas la siguiente hasta haber disuelto totalmente la primera). Bate las claras a punto de nieve y reserva en el frigo. Mientras, añade la harina junto a la levadura en dos veces, tamizadas. Envuelve suavemente con cuchara de madera. Por último incorpora con cuidado las claras, de manera que queden integradas sin castigar la pasta.
Echa en el molde dos tercios de la mezcla y coloca alineadas unas laminitas de mango encima.
Tapa con el resto y alisa para nivelar.
Introduce en el horno y cuece alrededor de 55 minutos. Comprueba la cocción presionando con suavidad en el centro del bizcocho. Apaga el horno y deja diez minutos dentro con la puerta entreabierta.
Saca a la encimera y después de diez minutos pasa a una rejilla para orearlo. Deja que enfríe.
Espolvorea por encima glas y sirve.