Este bizcocho lo he hecho esta mañana para el desayuno, ya que teníamos invitados en casa, me he basado en el bizcocho clásico de yogur con algunas modificaciones para potenciar su sabor.
Hoy es el cumpleaños de mi nieta Emma, que cumple 2 añitos, así que le dedico este bizcocho.
1 medida (del vasito de yogur) de aceite de oliva
2 medidas (del vasito de yogur) de azúcar de abedul
2 medidas (del vasito de yogur) de harina integral de espelta
1 medida (del vasito de yogur) de salvado de avena o copos de avena molidos
1 sobrecito (16 gr.) de levadura química o polvo de hornear o 1 sobre de doble de gasificante
1 cucharadita de canela molida
ralladura de naranja o limón
Mantequilla o aceite para engrasar el molde, o papel para hornear
Precalentar el horno a 180ºC.
Echar el yogur en un bol y utilizar el vasito como medida. Añadir los huevos, el aceite y el azúcar, y luego añadir la levadura con las harinas. Se puede utilizar la batidora eléctrica, batiendo después de cada adición de un nuevo ingrediente. Añadir las nueces picadas, la canela y la ralladura.
Cuando la masa homogénea y fina, volcar sobre un molde engrasado o forrado con papel de hornear, pelar la manzana, partirla a cuartos y poner por encima (al hornear se irán hundiendo), se pueden añadir unas cuantas nueces más por encima y una cucharadita de azúcar por encima.
Hornear durante 35-40 minutos a 180ºC, o hasta que veamos que la punta de un cuchillo sale limpia al pinchar en el centro del bizcocho.
Desmoldar y dejar enfriar.