Os habrá sorprendido esta denominación de Bizcocho MÁGICO. Lleva ya un tiempo en la red y éste es el más básico de todos ellos.
Ya iré preparando más versiones y os las iré subiendo para que disfrutéis tanto como yo de esta delicia de postre.
¿Por qué se llama mágico? Porque con unos pocos ingredientes en una sola elaboración se consiguen tres capas o texturas diferentes.
La capa en la base es un flan parisino, al ascender sabe a crema y terminamos con un aéreo y esponjoso bizcocho.
Creo que deberías intentarlo y seguro que, como yo, repites está receta pues a todos asombra y encandila a partes iguales.
Para 6-8 personas:
- 4 huevos tamaño L (separando yemas y claras)
- 150 g de azúcar
- 125 g de mantequilla
- 115 g de harina de trigo
- 500 mL (1/2 L) de leche
- 1 vaina de vainilla o 1 cucharada de esencia de vainilla
- 1 cucharada de agua
- una pizca de sal
Se precalienta el horno a 150º con calor arriba y abajo.
Se funde la mantequilla (a fuego lento en un cazo o al microondas en tiempos cortos) y se reserva.
Se cascan los huevos y se separan las claras de las yemas:
- Las claras se montan con una pizca de sal a punto de nieve firme.
- En otro bol, se baten las yemas con el azúcar con batidora eléctrica. Se le añaden la mantequilla fundida, las semillas raspadas de la vaina de vainilla o la cucharadita de esencia de vainilla, la harina, el agua y la leche.
Con varillas manuales añadimos las claras montadas en tres veces. Se mezcla bien, rompiendo ligeramente las claras para que no se disuelvan (son las que proporcionan la esponjosidad al bizcocho superior).
Se forra el molde con papel de horno y se vuelca la mezcla.
Se hornea durante 50 minutos o una hora, dependiendo del tipo de horno. Si es necesario, se puede poner un papel de aluminio sobre el bizcocho si está ya muy dorado y queda aún tiempo de horneado.
Se dela enfriar y se introduce en la nevera un mínimo de 3 horas. Se puede espolvorear con azúcar glaçe para servir.