Entre las múltiples masas empleadas en pastelería se encuentran las masas batidas o esponjadas, las cuales pueden ser masas batidas ligeras y masas batidas pesadas. Entre las masas batidas ligeras podemos encontrar las planchas de bizcocho, bizcochos de moldes, cocidos al vapor y también los bizcochos de soletillas entre otros.
Este tipo de bizcocho se puede comer tal cual, como base de otras elaboraciones como puede ser el tiramisú.
El objetivo de las masas esponjadas es aumentar el volumen de las mimas una vez se cuecen. El ingrediente que produce este efecto es el huevo. Estas masas esponjan tras la acción del calor, obteniendo una masa tierna tras su cocción.
La receta es bastante sencilla de elaborar, así que espero que no dudéis en ponerla en practica en vuestras casas y así hacer comparaciones con los comprados en cualquier supermercado, la diferencia es bastante significativa.
Ingredientes:
(para 20 ud.)
-3 huevos tamaño M
-90 gr. de azúcar
-75 gr. de harina floja
-6 gr. de impulsor
-1 pizca de sal
-Azúcar glass para espolvorear
Elaboración:
Calentamos el horno a 200º con calor arriba - abajo, sin aire.
Separamos las claras de las yemas. Por un lado montamos las claras con la pizca de sal hasta que tengan un punto firme. En otro recipiente batimos las yemas con el azúcar hasta que monten y blanqueen. Tamizamos la harina junto con el impulsor y la agregamos a la mezcla de yemas con cuidado, mejor con movimientos envolventes.
Una vez tengamos la mezcla de yemas integrada con la harina, pondremos una cucharada de claras montadas para aligerar la mezcla, unimos bien y terminamos añadiendo el resto poco a poco, con movimientos envolventes de abajo hacia arriba. Forramos dos placas de horno con papel sulfurizado y con ayuda de una manga pastelera formamos tiras de masa de unos tres centímetros de ancho. Procurar dejar bastante espacio entre una y otra porque se expanden en el horno. Una vez las tengamos preparadas en las bandejas de horno la espolvoreamos con azúcar glass, llevándolas al horno inmediatamente.
Cocemos durante unos 13-15 minutos, hasta que las soletillas estén ligeramente doradas. Dejamos enfriar y despejamos del papel, con mucho cuidado, acodándonos de una espátula. Reservamos del aire para mantener los bizcochos lo más tiernos posible.