Años después, cuando se estrenó the director’s cut del clásico, yo estaba por casarme, y a pesar de las emociones lógicas de una novia, seguía obsesionada con Blade Runner. El tema es que me casé un viernes, y el sábado a la noche estaba sentada en el cine con mi flamante esposo, viendo la nueva versión de la película. Mi ex –que evidentemente estaba muy enamorado– no se durmió como papá, pero estuvo muy cerca.
Ustedes dirán, ¿a qué viene todo esto? Es que leyendo esta excelente entrada en el blog del Solitario de Providence me vino a la cabeza como dos de los hombres más importantes de mi vida me acompañaron en mi frikismo y se durmieron a mi lado... o casi.
Me pregunto qué pasará con el próximo, ¿podré contar con que Ridley Scott siga sacando versiones de Blade Runner para probar su cariño o me tendré que resignar a perder ese barómetro?
"Memories! You're talking about memories!"
Blade Runner, 1982
EriSada
