En el ámbito empresarial, los cambios de los responsables pueden generar crisis muy importantes. Hace ya tiempo se anunció que Zack Snyder abandonaba la dirección creativa del universo cinematográfico de DC Comic, recayendo esa nueva labor en James Gunn. Además de la notable diferencia entre ambos en su forma de hacer cine (el primero, artífice de “Watchmen” o “El hombre de acero”; el segundo, de la saga “Guardianes de la Galaxia” o la versión de “El Escuadrón Suicida”), Gunn proclamó su intención de dar un giro radical al estilo propio de la productora, cancelando proyectos (por lo visto, ya no se rodará “Wonder Woman 3”) y despidiendo a actores (al parecer, Henry Cavill no volverá a encarnar a Superman). El hecho cierto es que la reacción de aficionados y simpatizantes de DC Studios no ha sido favorable, e incluso se han anunciado boicots a los próximos estrenos.
Sean cuales sean las razones de fondo, los últimos largometrajes de la citada compañía han resultado rotundos fracasos iniciados por “The Flash”, cuyo presupuesto de más de doscientos millones de dólares apenas recaudó la mitad en el mercado norteamericano. Ahora le llega el turno a “Blue Beetle”, con una inversión reconocida de unos ciento veinte y que apenas ha ingresado treinta desde su llegada hace algunas semanas a las salas de proyección.
Tal vez exista cierto hartazgo en el público en general, tras varias décadas en las que el denominado “cine de superhéroes” ha monopolizado prácticamente la cartelera. En todo caso, se empiezan ya a evidenciar signos de agotamiento en la fórmula, demasiado esquilmada por los productores. “Blue Beetle”, en concreto, supone un forzado intento por abrazar lo políticamente correcto y reflejar un tono narrativo más familiar, si bien con un regusto fingido y artificioso. Por lo que a mí respecta, ni la historia ni el formato visual me interesaron en ningún momento.
Finalizados sus estudios, un recién licenciado regresa a casa para descubrir que su hogar no se mantiene tal y como lo dejó. Inesperadamente, encuentra una antigua reliquia de biotecnología alienígena, que elige al joven huésped simbiótico dotándole de una increíble armadura con poderes extraordinarios e impredecibles que cambiarán para siempre su destino y le convertirán en el pintoresco superhéroe Blue Beetle.
La cinta aspira a la originalidad pero, en el fondo, recurre a las mismas fórmulas gastadas y tramas insulsas. Ignoro qué habría sucedido de continuar Zack Snyder al frente de DC, pero la entrada en escena de James Gunn se revela como decepcionante, tanto por la rentabilidad económica como por el nivel cinematográfico. Entre unos y otros me han provocado una extraordinaria pereza para visionar a partir de ahora obras de este género, por más que me considero un fiel defensor del “Spiderman” de Sam Raimi y un rendido admirador del “Batman” de Christopher Nolan.
Forman parte del elenco algunos rostros conocidos, como los de Susan Sarandon (ganadora del Oscar por “Pena de muerte” y nominada por “Thelma & Louise”, “Atlantic City” y “El cliente”) y Elpidia Carrillo (“Salvador”, “Depredador”, “Mi familia”). El protagonista, Xolo Maridueña, debuta en la pantalla grande, aunque ha participado hasta la fecha en series de televisión como “Cobra Kai”. Les acompañan Bruna Marquezine, Damián Alcázar (“Las crónicas de Narnia: El príncipe Caspian”) o George Lopez (“Historias de San Valentín”).