Luego de un arranque dubitativo, Boca se encontró con un gol tempranero y solucionó rápidamente un partido que había empezado con más complicaciones de lo esperado. De la mano del encendido Blandi y un gran Pochi Chávez, terminó superando claramente a Atlético Rafaela y pudo imponerse por 3-1.
La resistencia de La Crema duró 5 minutos. Gracias a un planteo que quizás resultó demasiado ambicioso, los de Trullet salieron a jugarle de igual a igual al puntero, que se vio desconcertado ante la actitud de su perseguidor más cercano. Con Gandin como principal estandarte, la revelación del torneo presionó a más no poder la salida de los centrales boquenses y pudo generar más de una ocasión en ese furioso arranque. Pero no pudo concretar ninguna de ellas y lo iba a sufrir.
Cuando logró tener su primer respiro en la salida, Boca sacó la ventaja que le dio la tranquilidad necesaria para dominar el partido a placer. Tras una buena jugada colectiva, Mouche metió el centro para Blandi, este se las ingenió entre los centrales y convirtió el gol que sentenció el final del partido para Rafaela. A partir de ese momento, los de Falcioni empezaron a redondear un primer tiempo que se hizo un lugar entre los mejores momentos del equipo en el campeonato.
Como ante Colón, Boca disfrutó de momentos de buen juego a pesar de la ausencia de Riquelme, y el gran responsable de esto es Cristian Chávez. Lejos de verse perjudicado por la responsabilidad que supone reemplazar al mejor jugador del fútbol argentino, el Pochi está en el mejor momento de su corta carrera y le da la tranquilidad necesaria al cuerpo técnico para poder esperar algún tiempo más al 10. Él y Walter Erviti, también de gran nivel, fueron los dos grandes generadores de juego e hicieron méritos suficientes para que el primer tiempo termine en goleada, pero por esas cosas del fútbol la ventaja fue sólo de 2 tantos gracias a otro gol de Blandi.
El segundo tiempo estuvo de más. Confiado por la ventaja que había sacado, el xeneize levantó el pie del acelerador y reguló los esfuerzos hasta el final del partido. Rafaela, por su parte, intentó una y otra vez acercarse en el marcador, pero a pesar de que intentó ser aún más ofensivo se encontró una y otra vez con la sólida defensa de Boca, en la que Schiavi, Roncaglia y Rodríguez rinden a un nivel tan alto que tapan los errores de Insaurralde, el único que aún sigue flojo en el conjunto de la ribera.
Los goles de Chávez y Castro sobre el final terminaron siendo sólo un detalle para decorar el definitivo 3-1. Sin despeinarse, Boca dio otro paso enorme al título y dejó bien clara la gran diferencia que hay entre el líder y sus perseguidores. Si bien aún tienen que jugar Belgrano – ante Colón- y Racing -ante Estudiantes-, la ventaja será al menos de 8 puntos sin importar los resultados. Nadie se anima aún a decir la palabra mágica, pero ya todos tienen el “Dale camp…” en la punta de la lengua.