Me resisto a que se vaya el verano. Oficialmente quedan aún días para que llegué el otoño pero la cruda realidad es que en este maravilloso país el verano simplemente no existe. Y lo llevo fatal. Porque yo soy muy veraniega, me encanta el sol, el agua de mar y hasta la arena. Pero es que aquí este año no ha habido verano.
Si si, me dirán, hemos tenido algunos días con mucho calor (mucho) y es cierto. Pero aquí y allá en tres meses y los puedo contar con los dedos de las manos. Pero eso no es tener verano. O te dura el buen tiempo dos semanas o tres seguidas (no vamos a pedir lo imposible, un mes) o eso simplemente no es verano.
Así que cuando, después del parón vacacional, María nos propuso la nueva obra para su #CocinArte, con un clarísimo sabor a verano, me tiré en plancha. Ya sabéis que ella nos propone cada mes un cuadro, nosotros le damos a la imaginación y tratamos de recrear lo que nos inspira en nuestra cocina.
El cuadro de este mes es "Muchacha en la ventana" (1925, óleo sobre cartón piedra, 105 x 74,5 cm, Museo Reina Sofía, Madrid), pintado por el gran genio Salvador Dalí, autor al que descubrí muy jovencita (tenía 18 años) porque en el viaje de estudios del instituto nos llevaron a visitar el Museo Dalí en Figueras. Y me enamoré de su Cristo de San Juan de la Cruz como me había enamorado previamente de la Inmaculada Concepción de Murillo. Me parecen simplemente sublimes, más allá de toda religión.
En fin, que se me va la pinza...Volviendo al cuadro que nos ocupa, a mi me transmite paz y me reconozco en la muchacha mirando al mar, que no es otra que la hermana del artista, Ana María, a la edad de diecisiete años, asomada a la ventana, de espaldas, en la casa de vacaciones que la familia poseía en Cadaqués, a la orilla del mar.
Y reconociéndome en esa silueta, con la mirada perdida en el mar, me veo disfrutando del verano y con un bocadillo sabroso y fresco en la mano...la imaginación de los Piscis es lo que tiene...Así que me vino a la cabeza un bocadillo muy sencillo pero muy rico que se prepara aquí y que puedes encontrar en cualquier menú de cualquier snack bar...el famosísimo "broodje beenham".
La gracia de este bocadillo (que traducido es un bocadillo de jamón) es la combinación del jamón asado de la pata trasera del cerdo (geroosterde beenham), generalmente con un porcentaje de grasa algo más alto, pero también más sabroso, con la salsa de miel y mostaza (honing-mosterdsaus). Así de sencillo y así de rico. En cuanto al pan utilizado suele ser con semillas pero está claro que aquí podéis usar el que más os guste o prepararlo vosotros mismos.
Ingredientes para el bocadillo: 2 panecillos redondos morenos con semillas; 2 lonchas grandes y finas de jamón asado; 1/2 cebolla morada; eneldo fresco (opcional); lechuga iceberg; salsa de mostaza y miel.
Ingredientes para la salsa: 2 cucharadas mayonesa; 2 cucharaditas miel (de castaña en mi caso); 1 cucharada mostaza Dijon; 1 cucharadita vinagre; sal; pimienta.
Preparación: Preparar la salsa mezclando bien todos los ingredientes en un bol con una cucharita hasta obtener una salsa homogénea y ligada. Reservar.
Cortar la lechuga en tiras finas. Pelar y cortar la cebolla en medios aros. Reservar.
En una sartén sin aceite calentar el jamón asado por ambas partes y reservar.
Abrir los panecillos por la mitad. Colocar en cada uno dos lonchas de jamón caliente, poner encima la cebolla, el eneldo fresco (si os gusta) y la lechuga y cubrir generosamente con salsa. Cerrar el bocadillo y disfrutar...
Pues con esta receta participo en #CocinArte y voy a ver el resto de participaciones. ¡Hasta pronto!