A la entrada de la bodega, cuyo patio hoy se convierte en auditorio, Momoko Izumi, ofrecía, venenciado con el virtuosismo, ritmo y arte que la caracterizan, la primera copa de Fino en rama Cruz Vieja. Durante la espera se sigue degustando el Fino en rama Cruz Vieja, que la amable y gentil venenciadora japonesa nos invita a aceptar.
Ya, comienza el concierto Azul y Jade, que es el título que da la chelistaIris Azquinezer Escribano al mismo:
, Maestro de Capilla en Köthen (Anhalt), el cantor de Leipzig, compone entre 1717 y 1723 las seis suites solo para violonchelo. Concebidas en conjunto, secuencialmente, para ser tocadas por un determinado violonchelista por su uniformidad y coherencia. Algunos expertos colocan su creación antes de 1920. Hasta J. S. Bach el violonchelo acompañaba junto con la viola de gamba.
A partir de estas suites el chelo aparece solista, al igual que en los seis Conciertos de Brandeburgo.
Originalmente publicadas como sonatas o estudios. Con posterioridad ya se etiquetan como suites barrocas de danzas con un preludio.
Es de destacar la disciplina, el perfeccionismo y el virtuosismo con los que Azquinezer interpreta las suites de Bach, tan cargadas de misticismo, así como la emoción que pone en las composiciones propias. La concertista es fuerte o sensible cuando lo necesita, siempre barroca, sin exageración y con técnica excelente.
Los sonidos del violonchelo se funden con el escenario bodeguero y los aromas de los viejos vinos generosos.
Los tres vinos, el fino, el amontillado y el palo cortado "Cruz Vieja", fueron, brevemente, presentados por Jaime González García-Mier, responsable de las, familiares, Bodegas Faustino González.
Precioso concierto de Iris Azquinezer, insuperables y espléndidos vinos de la familia de Faustino González, amabilidad y simpatía de los anfitriones, noche jerezana preciosa y patio bodeguero ideal para el concierto. Acabó el acto con la degustación de"Palo Cortado Cruz Vieja".