Revista Arte
En septiembre de 2007, el médico Jody Silliker fue a la exposición Bodies: real + fascinante, organizada por la empresa Premiere Exhibitions en Nueva York.
Silliker pasó de la fascinación real a un real disgusto: “No pude evitar pensar sobre la personas que habían tenido esos cuerpos. ¿Qué los llevó a querer ser preservados como eternos maniquíes para el estudio, el entretenimiento y el lucro de otros? … Comencé a mirarlo todo en detalle y me di cuenta de lo bien formados y de la buena contextura de los músculos de todos los cuerpos. Ninguno presentaba los síntomas de artritis que aparecen normalmente en los dedos de las manos y los pies al final de la juventud. Noté por la forma de los ojos que todos los cuerpos eran asiáticos, pero no me detuve a pensarlo. En el momento en que vi telarañas, polvo en la cara y en el hombro de un cuerpo que estaba iluminado a contraluz, pasé de la ansiedad a la preocupación y al horror. Desde entonces, esas imágenes me persiguen.”
La inquietud del médico llegó ante la ley. Por la presión que hicieron organizaciones de derechos humanos que documentan los abusos en prisiones y campos de concentración en China, y por la nota de un noticiero que demostró que la universidad que producía los cuerpos para Premier era solo una fachada para dignificar una destartalada cadena de ensamblaje, el Procurador General del Estado de Nueva York abrió una investigación y concluyó: “La sombría realidad es que Premier Exhibitions se ha lucrado de exhibir los restos de individuos que pueden haber sido torturados y ejecutados en China. A pesar de que la empresa lo ha negado en repetidas ocasiones, ahora sabemos que Premier no puede demostrar las circunstancias que llevaron a la muerte a estos individuos. Premier tampoco pudo establecer que estas personas dieran permiso para que sus restos fueran exhibidos de esta manera. El respeto por los muertos y el respeto por el público demanda que Premier haga algo más que simplemente asegurarnos que no hay razón para estar preocupados. Este acuerdo es apenas un comienzo”.
El Procurador ordenó disponer de un fondo para reembolsar el boleto de entrada a los que lo exigieran y obligó a Premier a poner un aviso en la exposición y en su página de Internet:
“Esta exposición muestra los restos humanos de ciudadanos chinos o de residentes que fueron recogidos por el Departamento de Policía China. El Departamento de Policía China puede haber recibido los cuerpos de prisiones chinas. Premier no pudo verificar de forma independiente que los restos humanos que usted está viendo no son de aquellas personas que fueron encarceladas en prisiones chinas. Esta exposición muestra cuerpos enteros y partes humanas, órganos, fetos y embriones que vinieron de cadáveres de ciudadanos chinos o residentes. Por respeto a las partes humanas, órganos, fetos y embriones que usted está viendo informamos que fue imposible verificar que no hayan pertenecido a personas ejecutadas mientras estaban encarceladas en prisiones chinas.”
A los espectadores voluntariosos poco les importo la advertencia. Por ejemplo, Felipe Santos, director de la empresa colombiana Enterteiment Marketing Solutions, vio la exposición en Nueva York y sintió “la necesidad de llevarla a Colombia”. Así lo hizo en asocio con Premiere: Bodies: real + fascinante pasó por Medellín, ahora está en Bogotá y próximamente llegará a Cali.
“Coolture Marketing” es el nombre que Santos da a su estratagema comercial: “Este término salió de un brainstorming, una mezcla, la fusión entre la educación, pedagogía y cultura con entretenimiento. Vimos que obviamente el tema de mercadeo era muy importante y por eso la parte de marketing. Y pensamos en la parte de cultura, porque al fin y al cabo educación es cultura, entretenimiento es cultura y, cambiándole la “u” por la “cool”, representaba mucho entretenimiento, era lo que se podía sintetizar las tres cosas: la cultura, educación, pedagogía con entretenimiento y con alto grado de responsabilidad social.”
Hay poco de responsabilidad social en la carta de cuatro páginas que Santos le dirige a Ana María González, subdirectora de identidad empresarial de las Empresas Públicas de Medellín, donde no menciona el caso legal de Nueva York y en cambio sí detalla con precisión los beneficios de Bodies: real + fascinante como “inversión rentable e impactante”.
Santos, embalado a punta de “Coolture Marketing”, a cambio de $150 millones de pesos ofrece a la empresa lo siguiente: “presencia en el Plan de Medios local por más de 700 millones de pesos… El Colombiano (mínimo 200 millones de pesos)… Caracol Radio (mínimo 200 millones de pesos)… Caracol Televisión… Revista Soho… Revista Semana… Revista Avianca… derecho a "good will" en campañas propias… 4 vallas… 30 eucoles… pendones… presencia en material y publicaciones del comité científico… sitio web… 250 entradas… visita VIP a 3 grupos de 30 personas… 48 terapias de relajación de 10 minutos… 30 sesiones de 5 minutos en la barra de oxígeno… “
Al final, Santos añade: “estamos seguros que esta exhibición real y fascinante viaje por el cuerpo humano le brindará la oportunidad de que sea reconocida en una exposición que ha logrado a través del mundo tener el mayor número de visitas repetidas de sus asistentes”. En efecto, ahora gracias a Bodies: real + fascinante es posible asociar, una y otra vez, a las Empresas Públicas de Medellín y a todos los patrocinadores —alcaldías, medios de comunicación, compañías de celular, hoteles, museos y hasta a una EPS— con un perchero de carne humana que posa con un balón. El problema está en que nada garantiza que ese cuerpo joven que ahora vemos detenido en una saludable pose deportiva no sea el mismo que hace unos pocos años cargaba un puñal o tecleaba un computador, y estuviera detenido como criminal o disidente y muriera ajusticiado o acribillado.
Los cuerpos de varias personas han sido desollados y disecados, usados —con o sin su consentimiento— para beneficio de una empresa que nos promete una experiencia “fascinante que no puedes perderte y que estará sorprendiendo a los colombianos por su aspecto didáctico, artístico y preventivo”.
Tom Zaller, vicepresidente de Premier, estima que el objetivo financiero de cada una de las paradas de la exposición es generar por lo menos 2 millones de dólares para la compañía. La cifra parece desmedida para la escena colombiana pero basta con saber que la Alcaldía de Bogotá piensa regalar entradas a más de 500.000 estudiantes de colegios distritales para dimensionar el lucro, una suma multimilloria que logrará justificar los varios cientos de millones que Santos y sus socios invierten, por ejemplo, en el Plan de Medios.
Por el obvio morbo que despierta lo prohibido la exposición ha sido descrita como “polémica” y “controvertida”. En varios infomerciales de prensa se ha dicho que “ críticos alrededor del mundo, así como la iglesia, han mostrado su preocupación por el origen y uso dado a los cuerpos, que el instituto de Von Hagens sostiene provienen de donantes y se obtienen legítimamente.” Esta es una astucia que pretende hacer pasar la exposición de Premier por la exposición Body Worlds de Gunther von Hagens, el doctor que comenzó a hacer este tipo de muestras y que ante las dudas éticas y problemas legales que tenía al usar cuerpos de origen chino ha preferido no volver a exhibir ni adquirir la mercancía que ofrece ese país.
Santos afirma que “Bodies: real + fascinante”, “es una exposición definitivamente pedagógica" y añade: “algunas de las personas que han visto la muestra en Medellín automáticamente han dejado de fumar”. Si esto es así, China se convierte en ejemplo para el mundo. En vista del poco interés que despierta el origen de los cuerpos y la aceptación mundial, casi unánime, de que el fin “pedagógico”, “artístico” o “preventivo” justifica los medios, se abre una ventana de oportunidad que en Colombia deberíamos aprovechar. Por ejemplo, a cualquier genio del marketing se le podría ocurrir revivir la iniciativa que tuvieron en el siglo pasado unos pequeños empresarios colombianos luego de un “brainstorming” tropical: en 1992, los celadores de la Universidad Libre de Barranquilla invitaban a los chatarreros a entrar a la institución para poder asesinarlos a golpazos con la tranca de una puerta; los vigilantes garantizaban con falsedades la idoneidad de la mercancía y vendían los cuerpos a estudiantes de medicina. El asunto se reveló porque un chatarrero soportó la golpiza, se hizo el muerto y pudo escapar al destino paradójico de pasar de reciclador a reciclado, un fin que algunos considerarán “definitivamente pedagógico”. Hoy a esa universidad se la conoce como “Unitranca”.
Gracias a la industria promisoria de los “Bodies” y al ropaje bienpensante que ofrece el “Coolture Marketing”, el país podrá cubrir sus flaquezas y convertir la muerte, el asesinato y sus “desechos” en industria. Mano de obra calificada y “chinos”, perdón, “falsos positivos”, perdón, materia prima es lo que sobra. ¿En manos de qué personas está el futuro de la educación, la pedagogía, la cultura y hasta el entretenimiento en este país?
Nota: un correo fue enviado a [email protected] y otro a Felipe Santos. Se pedía un comentario sobre la decisión del Procurador de Nueva York. El mensaje no tuvo respuesta.