ALERTA SPOILERS DE LA SEGUNDA TEMPORADA DE BORED TO DEATH
La primera temporada de Bored To Death terminaba con un hermoso diálogo entre Jonathan y George.
Jonathan: Do you think we learned anything tonight?
George: No. (pauses) But that's okay. It's good to stay in the dark about things. It keeps life interesting.
Jonathan: George, I'm glad you're in my life.
George: I'm glad you're in mine, Jonathan.
Después de terminar de visionar la brevísima segunda temporada, igual de breve que la primera, puedo gritar a los cuatro vientos que también me hace feliz tener a esta serie en mi vida.
La segunda temporada ha mantenido el tono con el que finalizó la primera. Un tono entre lo surrealista y cotidiano, entre lo embarazoso y lo entrañable que hace que te quedes mirando fijamente la pantalla con una sonrisa de oreja a oreja durante los veintitantos minutos que duran sus capítulos. La serie tiene el equilibrio perfecto entre comedia, drama y aventura. Y sus tres protagonistas resultan seres cercanos y entrañables capaces de hacerte experimentar una gran variedad de emociones mientras charlan, beben y se colocan.
Jonathan compaginando su afición detectivesca con su trabajo de profesor nocturno de literatura. Tras el rechazo de su segunda novela y una entrevista de trabajo desafortunada en una escuela de élite, Jonathan encontrará el equilibrio al descubrir la felicidad que le proporcionan estas dos actividades, ser su propio jefe, no rendirle cuentas a nadie y poder beber todo el vino blanco que quiera. Además el amor ha vuelto ha llamar a su puerta tras la ruptura de los primeros capítulos.
George por su parte debe hacer frente a los nuevos tiempos. Su revista ha sido comprada por una multinacional y han decidido cambiar el tono de la misma y recortar columnas. Entre ellas, la que escribe él. Esto lo hace sentirse un dinosaurio en su despacho, un mono de feria para lucir en las fiestas. Esta pérdida de status laboral es mala pero peor es el cáncer que le diagnostican. Algo que le hará replantearse su vida y hacer frente a su mortalidad. Momentos duros para George, aunque siempre podrá contar con el amor y admiración incondicional de Jonathan. El momento paternalista antes de la operación de George me hizo llorar.
Ray tiene que lidiar con la pena tras ser abandonado por Leah mientras que disfruta del triunfo pues su cómic de SuperRay se está vendiendo francamente bien. Incluso Kevin Bacon le visita porque quiere llevar a la gran pantalla al personaje del cómic. A pesar de ese éxito profesional Ray intentará regresar con el amor de su vida, Leah.
Volveremos a tener vino blanco y marihuana. Cuando los protagonistas se colocan dan lugar a momentos terriblemente cómicos como cuando Ray y George deciden ir a rescatar a Jonathan de unos secuestradores. Los protagonistas, a veces excesivamente cultos, hablarán del amor, de la vida, de la amistad y de Brooklyn porque amigos y amigas mías ese barrio de New York es un personaje más de esta serie. Y me encanta el color y la fotografía de los capítulos, como se ve esa ciudad en primavera y verano, como brilla el sol, como lucen los edificios de piedra. Dan ganas de teletransportarse allí y disfrutar de un café en alguna terraza mientras lees el New Yorker.
Tendremos una tercera temporada de Bored To Death, algo que me hace inmensamente feliz, ojalá tuviese más capítulos pero ya dice el refrán: Lo bueno si breve....