En el cine estadounidense, no son pocas las películas policíacas ambientadas en la ciudad de Nueva York que reflejan los ambientes más dispares: desde el decadente retrato social de Taxi Driver al crimen organizado de El padrino, pasando por policías honrados como Serpico o psicópatas que se ocultan tras sus asesinatos en serie (Se7en).
Otras ciudades norteamericanas también han sufrido crímenes cinematográficos con frecuencia, como les sucede a Los Ángeles (en Heat o Training Day), Chicago (Los Intocables) y hasta a Baltimore en la elaboradísima serie televisiva The Wire. Sin embargo, me ha llamado la atención que distintos directores rodaran sus películas criminales durante la última década en Boston, ciudad de raíces puritanas; ofreciendo una imagen decadente de ciertos barrios en los que los contrastes sociales y la segregación de la población son verdaderamente alarmantes.
Es el caso de Mystic River, drama social del maestro Clint Eastwood basado en la novela de Dennis Lehane (quien ambienta sus escritos en la mencionada ciudad). En esta película se nos presenta una comunidad en la que es difícil contar con la actuación de la ley, siendo los propios afectados quienes establecerán justicia a su propia manera, siguiendo la máxima del ojo por ojo. Un filme excepcional, en el que al dominio narrativo de Eastwood se une el trabajo de un premiado reparto: Sean Penn, Tim Robbins, Kevin Bacon, Marcia Gay Harden...
Cuando hablamos de Infiltrados (The Departed) hacemos referencia a uno de los títulos que contiene todos los elementos característicos del director Martin Scorsese. Bueno, casi todos. Sorprende que este relato acerca de la eterna lucha entre mafia y policía no esté ambientado en la Nueva York natal de Martin, eligiendo Boston como alternativa. Al igual que en el caso anterior, se acentúan los ambientes deprimidos y la escasa distinción entre "buenos" y "malos", contando para ello con actores inspirados (DiCaprio, Nicholson, Damon, Wahlberg, Farmiga, Sheen...).
Tal vez sea la más olvidada en comparación con las anteriores, pero el debut de Ben Affleck como director dio como resultado una película que tener en cuenta. Adiós, pequeña, adiós supone un auténtico ejercicio de estilo en el que se mezcla la herencia del cine negro clásico con las tensiones sociales de las zonas urbanas más desarraigadas de Boston, creando una envolvente e inquietante atmósfera. Basada en otra novela de Lehanne, plantea complicadas cuestiones morales paralelas a la trama detectivesca. El reparto no podría hacer más justicia a la película, con el deslumbrante Casey Affleck acompañado por Michelle Monaghan, Ed Harris, Morgan Freeman y Amy Ryan.
Sin abandonar Boston, Ben Affleck vuelve a ponerse tras la cámara (y también delante) en su esperado segundo trabajo como director, The Town; entre cuyos actores se encuentran Jeremy Renner (que encadena proyectos gracias a su labor en The Hurt Locker) y Jon Hamm (en el que podría ser su salto definitivo al cine tras los pequeños cameos anteriores). Esperemos que cumpla las expectativas generadas, porque desde luego con semejantes antecedentes la película no podría ser más prometedora.
*Aprovecho la ocasión para agradecer a Tarquin Winot haberme permitido colaborar en su recomendable blog con mi pequeño artículo acerca del panorama televisivo.