Uva: 100 % Moscatel de Alejandría.
Bodega: Bodegas Jorge Ordoñez.
DO Sierras de Málaga
Vinificación: Fermentación 70 % en Acero inox. y 30 % en barrica de roble
Precio: 11,95 €
ELECCIÓN DE: Luz Divina Merchán, Enóloga y Sumiller, Responsable de QueLujo Gastronomía y Vinos.
Estamos en pleno verano, fechas calurosas en las que sentimos la necesidad prioritaria de refrescarnos y quitarnos la sed. Y es durante los días del verano cuando la cerveza gana la partida al vino. Huimos de los vinos tintos, con bastante cuerpo, estructurados, con grado alcohólico muy presente, pero tenemos que tener en cuenta que hay otros vinos para el verano, de enorme calidad y con gran potencial entre los blancos, rosados y espumosos.
Para esta ocasión, quería recomendar justamente un vino blanco destacable por su tipicidad, expresivo en aromas, con frescura en el paladar y que armonizase para formas de salir estos días, de cóctel, copa de bienvenida, o de tapeo con los amigos.
Ya me auguraba Victoria Ordoñez una excelente añada, después de la vendimia que habían tenido. Me comentaba que la climatología del año pasado había sido la idónea, con las lluvias adecuadas a las necesidades del viñedo, y las horas de sol precisas para su maduración.
Un vino mimado; se puede decir que Botani es el pequeño de la casa de Bodegas Jorge Ordóñez, y como en todas las casas ocurre, a Botani se le cuida mucho desde su origen.
Es una vendimia temprana; suele ser a finales de Julio, principios de Agosto, precisamente para que las uvas no tengan un grado de azúcar excesivo.
Botani es un vino blanco seco, resultado de una vinficación con un 70% fermentando en depósito de acero inoxidable y el 30% restante en barrica de roble.
La botella es llamativa por su etiquetado, con el dibujo de hojas verdes y amarillas. Es un diseño fresco, juvenil, que da la sensación de ser un vino primaveral, veraniego, alegre, divertido.
Visualmente es amarillo muy pálido, con reflejos suaves que parecen verdosos, con bastante lágrima, muy fina y sin color.
En nariz, buena intensidad aromática, aromas limpios, con mezcla de aromas, una parte floral, y otra, con notas herbáceas y a fruta de hueso. Con el tiempo esos aromas se vuelven más dulzones, notas amieladas, recuerdos tropicales, orejones y algo de pera al horno.
En boca es seco, con una entrada dulce, buena acidez, fresco, de paso en boca medio, redondo, es sabroso, un poquito untuoso, y con un final de suave amargor.
Un vino con cierta persistencia, con unos recuerdos intensos a esa fruta de hueso y la pera horneada.
Botani lo he tomado en innumerables ocasiones, y lo veo como un “vino polifacético” pues es buen acompañante de unas tapas de jamón, unas ortiguillas gaditanas o un queso de idiazabal.
Un vino perfecto para servir en un cóctel, como copa de bienvenida, y que encaja a la perfección con la comida japonesa, asiática.
Actualmente estoy en México y me traje una botella para acá; la fusión que he podido comprobar entre la cocina Guanajuatense y Botani 2010, como dicen aquí, ¡¡es padrísima!!
Aconsejo que quien no lo haya hecho todavía que lo intente. Todo un descubrimiento….
OPINIÓN Y CATA DE: Antonio Rubio, enólogo.
Hasta hace poco, cuando en mi círculo de amigos se hablaba de uva moscatel, todo el mundo pensaba en un vino dulce de Andalucía. Eran pocos los vinos que se aprovechaban de su potencial aromático para elaborar vinos secos de alta intensidad aromática, como si ocurría con nuestro país vecino, Italia. De hecho y aquí estoy confesando mi ignorancia, el único que se me viene a la cabeza ahora mismo es Viña Esmeralda de la familia Torres, aunque eso sí, combinado con gewürztraminer.
Sin embargo, hace dos años tuve oportunidad de probar el vino que hoy nos recomienda Luz. Entonces me llamó la atención porque, a pesar de ser del Sur, combinaba muy bien la acidez con la sequedad del mismo. Una excelente maniobra de construcción de un vino diferente, liderada por una de las familias más prestigiosas (sobre todo fuera de nuestras fronteras) del vino español, la Familia Ordóñez. Y digo fuera de nuestras fronteras, porque realmente Jorge Ordoñez es conocido por ser uno de los grandes exportadores de vino español. Esto le ha permitido rodearse de grandes personas y técnicos, como Alois Kracher, uno de los grandes elaboradores de vinos dulces austriacos. Junto a él y otros socios iniciaría la aventura de Botani en la Sierra de Ronda, dirigida desde la parte técnica por su hijo Gerhard Kracher. La dirección de bodega la asumiría Victoria Ordóñez, contando con el neozelandés Alistair como asesor enológico.
El vino se presenta muy pálido con reflejos completamente metálicos. En nariz muestra una intensidad media de aromas inconfundibles que nos dirigen al varietal del que se ha extraído. Miel, flores, piña madura que viran a notas más herbáceas al moverlo en copa. En boca lo encontré más goloso que añadas anteriores (todo un acierto), lo que provoca una sensación menor de acidez. Muy agradable, sin mucho peso en boca pero con sensaciones grasas y con una retronasal media que nos acerca de nuevo a los aromas florales. Un vino para todos los públicos, lo cual, para nada es malo.
85 puntos.
OPINIÓN Y CATA DE: Carlos E. López, Catador y Socio Fundador de la Asociación Grupo de Cata BACO VIVE.
Hoy nos llega a la mesa de cata BOTANI 2010, un vino blanco joven, elaborado en la Axarquía Malagueña con uvas de la variedad Moscatel de Alejandría, pero vinificado como vino seco.
Botani es un vino de Jorge Ordóñez, reconocido importador de vinos españoles a los Estados Unidos, quien ha formado un consorcio de bodegas que tienen en común buscar (bueno, yo diría que el término más exacto de la palabra sería “destacar”) las cualidades vinícolas de diferentes zonas de España.
Este selecto grupo de bodegas se encuentra repartido en buena parte de nuestro territorio nacional: Bodegas Alto Moncayo, situada en Campo de Borja, variedad Garnacha; Bodegas Avanthia, situada en Valdeorras, con la variedad Godello; Bodegas La Cana, situada en Rias Baixas, con la variedad Albariño; Bodegas Volver, situada en Castilla La Mancha, con la variedad Tempranillo, y Bodegas Jorge Ordóñez, situada en Málaga y con la variedad Moscatel de Alejandría.
En esta última bodega, situada en plena sierra de Málaga, en la Axarquía, nuestro bodeguero trabaja con la variedad Moscatel de Alejandría elaborando, como seco y como dulce, uno de los mejores vinos de moscatel de España.
Botani es un vino blanco de los que, cuando los catas, no pasa desapercibido; y eso, que yo sabía, lo pude constatar nuevamente el mismo día en que nos reunimos los integrantes de esta aventura de “3 copas 1 vino” para hacer la cata preliminar de los vinos que se habían seleccionado para este verano, y a la que nos acompañaron algunos buenos amigos que comparten nuestra pasión por este mundo del vino.
La cata se hizo a ciegas, como es obligado, y nadie, salvo nuestro coordinador Orlando Lumbreras, sabía qué vinos íbamos a catar. Pues bien, todos identificaron el vino como de la variedad moscatel, pero es que, además, muchos directamente se pronunciaron diciendo: “este vino está estupendo, … seguro que es BOTANI”.
En mi opinión, es un vino que merece la pena ser conocido y, una vez que lo has hecho, ya no se te olvida la sensación tan placentera que produce.
Es un vino ideal para aperitivo y, por supuesto, para acompañar una comida de las típicas de verano.
De la cata de BOTANI 2010, destacamos:
Vista: Limpio, brillante, de color amarillo pálido, con irisaciones verdosas, y percepción de densidad al moverse el líquido en la copa.
Nariz: De buena intensidad, varietal, franco, muy frutal, sobre todo notas cítricas (lima), flores blancas, con el aroma de un vino de nítida golosidad (miel de flores), recuerdo de las lías y toques vegetales. Muy aromático y atractivo.
Boca: De buena entrada, desde el principio se percibe su untuosidad, su volumen, a lo que contribuye una notable amplitud. Es sabroso, estructurado, afrutado, goloso, aunque en absoluto dulce, ya que nos encontramos ante un vino en el que ese equilibrio se ha conseguido magistralmente y que, en su conjunto, produce en su recorrido una agradable sensación de suavidad; con buena acidez y un final de buena persistencia.
En resumen es un vino blanco de los de recomendar; que destaca en todas las facetas de la cata: en nariz por su cantidad de matices y su golosidad, y en boca por su volumen, clase y sabrosidad; y que, casi sin quererlo, se constituirá en el protagonista de la comida o aperitivo en el que esté presente.
Mi valoración: 8,7