Con el apoyo de la CGT y con un aparente aunque no explicito guiño de la presidenta, Amado Boudou se perfila como posible candidato a Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Dentro de las bases kirchneristas y de las encuentas (sin tener en cuenta obviamente la triste encuesta realizada en el bloc, aunque notifique la tendencia) el preferido sería Daniel Filmus.
Aparentemente, la postulación del actual ministro de economía podría dividir los votos del progresismo porteño, mientras sucedería todo lo contrario si el candidato sería Filmus (junto con su propuesta de generar un Frente Progresista en la ciudad). En voces de algunos sectores (por el uso de potenciales y de fuentes anónimas parezco Nelson Castro, ¡mea culpa!), las dudas que genera Boudou se debería a su pasado de economista egresado del CEMA y sus antecedentes en la inefable UCEDÉ. En fin, lo que se cuestiona también son especulaciones potenciales, o bien se pone en duda el posible perfil de su gestión en caso de ganarle al PRO y a los temerosos vecinos escapados del teatro costumbrista duránbarbero como Cacho y la María.
Las cuestiones son razonables aunque habría que recordar (aunque las comparaciones siempre son odiosas y arbitrarias) que también Rafael Correa tuvo su pasado académico exitoso egresado y mimado dentro de la ortodoxia. Lo que podría jugarle tanto a favor como en contra es su exposición mediáticas, frente al bajo perfil que caracteriza a Filmus. Boudou es el ministro de economía más carismático y comunicativo de la era kirchnerista, y el que asumió y encaró triunfalmente situaciones que fortalecieron la macroeconomía nacional sin recurrir a las recetas del stablishment. No obstante, es atacado constantemente por el grupo concentrado mediático por sus respuestas, muchas veces desvirtuadas y otras poco felices ( sugerir a lo Lita de Lazari a las amas de casa que tienen que caminar más para conseguir mejores precios, hiere susceptiblemente al argentinomedio tilingo pero influyente en el acto electoral por ende significó una respuesta, como mínimo, torpe). En contraste, hay que recordar las respuestas memorables hacia la oposición (cuando, por ejemplo, le pasó el trapo a Morales en el Senado) o bien sus exposiciones sumamente didácticas y sin rodeos que facilitan el acercamiento de la situación económica a la población toda.
A mi juicio, Boudou demostró ser fiel al proyecto nacional y lo apoya con fuertes convicciones (compárese con Scioli que si bien mantiene su alianza con el Gobierno, en la practica gubernamental deja mucho que desear).
En resumen, sea Filmus, Tomada o Boudou este año puede ser una oportunidad histórica para conquistar un electorado tan esquivo y veleta como es el porteño.