Revista América Latina

Brasil camina hacia la “Copa de la Corrupción”

Publicado el 25 marzo 2012 por Opinologocom
Dos servicios de infraestructura podrían afectar al Mundial: la seguridad y los transportes.
“Brasileños, continúen cobrando y se manifestando porque esa payasada va a empeorar, cuando llegar a un año y medio de la copa de [2014]. Lo peor aún vendrá, porque el gobierno dejará que acontezcan las obras de emergencia, las que no necesitan licitaciones. Entonces, va a suceder el mayor robo de la historia de Brasil. Yo quiero ver si las personas que aparecen sonriendo en la foto durante la reunión de ayer van a querer aparecer. Ese Brasil es un circo y los payasos Ustedes saben bien quienes son”. Esas fueron las recientes declaraciones del exfutbolista brasileño y actual diputado federal Romário.
Esos retrasos ya habían sido criticados por el “rey” del fútbol, Pelé, y recientemente por el secretario general de Fifa, Jerome Valcke, quien dijo que la nación suramericana tenía que “llevar un puntapié en el trasero”.
Es vergonzoso que Brasil – la sexta mayor economía del mundo y líder en Latinoamérica – no les pueda ofrecer a sus vecinos un buen ejemplo de honestidad. Véase por las afirmaciones del exjugador, quien teme que su país camina hacia la “Copa de la Corrupción”, como ya fue mencionado por la prensa brasileña, debido a los gastos excesivos para la preparación de la Copa del Mundo. Para Romário, los retrasos serían intencionales, ya que por las leyes de ésa nación las obras de emergencia no necesitan licitaciones. Por lo tanto, se podrían elegir cualquier empresa sin preocuparse con el menor precio, lo que presuntamente podría favorecer a las empresas de amigos, familiares y de patrocinadores de elecciones.
Los presuntos golpes de corrupción podrían ser mayores de lo que el famoso “Escándalo de las Mensualidades”, que ocurrió entre el 2005 y 2006 durante el gobierno de Lula da Silva, y que jamás se hicieron esfuerzos reales para probar que los sospechosos tenían culpa en el que ha sido considerado uno de los mayores robos en las arcas públicas de la historia del país suramericano.
En verdad, el Mundial es criticado y rechazado por muchos brasileños, que lo ven un derroche de dinero que podría ser utilizado para mejorar los servicios de infraestructura, como: la salud, la seguridad y los transportes. Muchos enfermos sufren en las largas filas de los hospitales públicos, buscando atendimiento, y en ciertos casos sólo logran una consulta médica unos dos o tres meses después. Sin embargo, los que afectan más en directo al evento son la seguridad y los transportes. En el primer caso, las autoridades ya estarían intentando disminuir la violencia urbana a través de la implantación de las Unidades de Policías Pacificadoras (UPPs, sigla en portugués) con la retomada de favelas ocupadas por criminales, por ejemplo, la famosa Rocinha, en Río de Janeiro, considerada la mayor de América Latina, y tomadas desde el pasado 13 de noviembre por los militares. Empero, el pasado lunes 19 de marzo hubo un confronto entre la policía y los narcotraficantes; el sistema de transportes es otra pesadilla para la gente de ésa nación: el tráfico en las vías está siempre congestionado en ciudades como Río de Janeiro y São Paulo, por ejemplo. En la capital carioca, los buses están siempre muy llenos, son insuficientes para atender la demanda y no todos tienen un aire condicionado. Ya el sistema de trenes es muy precario, además de incapaz de soportar la demanda, del mismo modo que el metro. Ya existen planes en la “Ciudad Maravillosa” para colocar en práctica un sistema de rotación de vehículos, que sólo podrían circular conforme la placa de numeración, como ya existe en São Paulo.
Sin embargo, Brasil tiene otro problema particular: la revenda ilegal de entradas. Muchos vendedores (en el país llamados “cambistas”) las compran legalmente para después venderlas el doble o el triple, aprovechándose de la falta de fiscalización y/o de leyes que punan esas infracciones. Eso perjudica a quien quiere realmente asistir a las competiciones.
La corrupción en la filosofía de la gente
El pasado domingo 18 de marzo, el programa “Fantástico”, de TV Globo, ha denunciado un presunto esquema de corrupción en el Hospital de Fundão, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ, sigla en portugués), uno de los mayores hospitales públicos. Los dueños y funcionarios de cuatro empresas prestadoras de servicios “maquillaban” licitaciones, haciendo que tuvieran un carácter legal. En el reportaje, ellos contaban en detalles y con cierta normalidad y escarnio como obtenían ventajas en los contratos: ellos ya elegían otras falsas rivales, que pondrían los precios más caros, favoreciendo a una en especial, como un cambio de favores. Además, ofrecían un alto porcentaje de 10 a 30 por ciento del contrato a los altos funcionarios públicos cuando firmaran el acuerdo. En algunos casos, el soborno era entregado en cajas de vinos, para que nadie pudiera sospechar.
Tras la difusión del reportaje todos los denunciados lo han negado todo. Pero el mismo sirve para mostrar que la corrupción estaría presuntamente entrañada en la filosofía de la gente que la ve con naturalidad, incluso, con cierta broma, sin preocuparse que el dinero robado podría ser usado para mejorar la infraestructura del país o que estarían cometiendo un crimen.
Quizás, se pueda afirmar que tras las denuncias de TV Globo, que tales empresas han sido perjudicadas para disputar licitaciones en servicios del Mundial. Sólo falta saber si eso realmente va a suceder, una vez que los brasileños tienen la manía de olvidarse muy fácilmente de las cosas y aparentemente importarse con lo que no tiene importancia. A dicho pueblo le gusta protestar contra los maltratos a los animales, pero no contra el robo de lo que le pertenece.

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