Hoy vamos a hornear una suerte de panes con forma de nudos. Dicen que estos pancitos ya se consumían en la edad media, en los monasterios carolingios . Son muchas las leyendas que cuentan su origen. A mí me gusta la que dice que los inventó un panadero italiano que llegó a la región de Colmar (Alsacia), desde el norte de Italia después de la guerra de los 30 años. Y los bautizó en honor a su ciudad de origen “Brescello”. Si volvemos a nuestra época tal vez recuerdes a Marge Simpson cuando se hizo vendedora de bretzels.
.Estos pancitos forman parte de la alimentación cotidiana en Alsacia (Francia), Alemania, Austria etc. Pueden ser salados o dulces, y no se me ocurre mejor acompañante para un exquisito vino alsaciano o el que te apetezca. Deben consumirse en el día.INGREDIENTES
- 550 gr de harina
- 350 ml de leche
- 50 gr de mantequilla
- 1 cucharada de azúcar
- 11 gr de levadura fresca
- 2 cucharaditas de sal fina
- 150 gr de bicarbonato de sodio
- 2 l de agua
- 1 yema de huevo
- Sal gruesa y semillas de sésamo.
PREPARACIÓN
Esta preparación tiene varios pasos pero no te desanimes porque son muy sencillos y entretenidos. En primer lugar mezclamos la levadura y el azúcar en 10 ml de leche tibia. Y dejamos descansar 10 minutos.
Mientras encendemos el horno a 220º.
Mezclamos en un bol grande la harina con la sal . Incorporamos la mantequilla muy blanda con un tenedor.
Luego hacemos un hueco en el centro y volvamos la leche, y la levadura.
Mezclamos y amasamos un bollo.
Apagamos el horno. Ponemos el bollo de masa en una fuente cubierta con un paño y llevamos al horno una hora y media. El horno estará caliente pero APAGADO.
Pasado el tiempo separamos la masa en seis trozos.
Con cada uno formamos tubos de 40 a 50 cm de longitud.
Y ha llegado el momento de formar los bretzels. Tomamos cada tubo y rebatimos las dos extremidades hacia el centro como para hacer un corazón. Luego las enlazamos, la de la izquierda la pegamos a la derecha y la de la derecha a la izquierda.
Hacemos hervir los dos litros de agua con el bicarbonato, y sumergimos los bretzel delicadamente unos 30 segundos.
Los sacamos con una espumadera, escurrimos un poco y colocamos sobre papel de hornear. Luego los pintamos con una yema de huevo mezclada con un poco de agua. Salpicamos con sal gruesa y semillas de sésamo. ( que no se nos pase la mano)
Horneamos a 220º de 10 a 15 minutos. Cuidamos que no se doren demasiado.
Son para consumir recién hechos, o en el mismo día.
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¡Salu2 y hasta la próxima!