Notable cineasta norteamericano encasillado dentro del género fantástico (en casi todas sus variantes), ha sido la mayor influencia en el género de terror, tanto dentro del slasher (La noche de Halloween), subgénero que, por otra parte, hoy resulta extremadamente sobrecargado(quizás en sus horas más bajas), como de otras formas de crear miedo y horror ya más convencionales (Vampiros, La cosa), entremezcladas con un género tan distante del fantástico como resulta el western (Asalto a la comisaría del distrito 13, 1997: rescate en Nueva York, 2013: rescate en Los Ángeles, Fantasmas de Marte).
Un talento inmenso para un director acostumbrado a rodar con presupuestos limitados (así se le ha exigido siempre y también, la verdad, parece que a él también le luce así despachar sus obras, de esa forma tan "cutre" (utilizo esa expresión, para nada peyorativa, para referirme a la serie B que tanto ha caracterizado históricamente al realizador). Su primer puñetazo en la mesa y triunfo crítico, Asalto a la comisaría del distrito 13, supuso una síntesis de lo que ha significado su carrera posterior: un thriller urbano lleno de acción con una situación de asedio a una comisaría (situación mil veces vista en el western más clásico norteamericano, con la obvia Río Bravo de su respetado y querido Howard Hawks a la cabeza), aderezada por toques que recuerdan a La noche de los muertos vivientes (Night of the living dead, George A. Romero, 1968) aunque sin elementos fantásticos de por medio. Luego ya llegarían La noche de Halloween, a día de hoy la película de bajo coste de más éxito de la historia y un triunfo artístico incontestable, y su para muchos obra maestra, la monumental La cosa.
A partir de ahí, su carrera ha tenido, como la de la gran mayoría, altibajos, alternando notables ejercicios (Están vivos, Vampiros) con desganadas y olvidables propuestas (Golpe en la pequeña China, El príncipe de las tinieblas, The ward). Toda una autoridad para los amantes del género y casi una divinidad para sus fans, gracias sobre todo a que ha desarrollado, en ocasiones de manera brillante, su vena autoral (escribiendo, montando y creando la antológica banda sonora de varias de sus cintas. Prueba de su talento e influencia resultan los numerosos remakes, nuevas versiones y continuaciones que se han realizado de sus trabajos más recordados. Como siempre, y ya sé que es una cutrada, pero me faltan algunas por ver, así que sólo comentaré las que he visto. Sin más, pasemos a recordar su carrera.
- Aluniza como puedas (Dark star, 1974): Carpenter debutó en el largometraje con esta muy impersonal (y con unos efectos especiales demasiado cutres, incluso para la serie B, además de ser en sí mismo una, digamos, "puesta de largo", de su proyecto universitario) propuesta que se mofaba de, principalmente, la seminal 2001: una odisea en el espacio (2001: space odyssey, 1968) de Kubrick, así como de la espléndida Planeta prohibido (Forbidden planet, Fred M. Wilcox, 1956), y por ende, de los estereotipos del género de la sci-fi en general. Muy por debajo de lo que Carpenter lograría realizar en años venideros y, a día de hoy, digamos que pseudo-olvidada incluso para sus seguidores. No puede apreciarse nada que caracterice al realizador, pese a que tiene momentos ligeramente divertidos. A día de hoy ya no lo sé, pero hace unos pocos años todavía era un film inédito en nuestro país.
Dark star
- Asalto a la comisaría del distrito 13 (Assault on precinct 13, 1976): la Malas calles de Carpenter, es decir, su primer trabajo de reconocido prestigio. Tomando como base el brutal western Río bravo de Hawks (aunque es inevitable el recuerdo constante de La noche de los muertos vivientes por la situación de asedio) y filmado con una entereza y una confianza por parte de Carpenter que, ni aún así, alumbraban al gran creador fantástico que nos legarían sus posteriores trabajos, ya que éste se trata de un western (disfrazado, estética y temáticamente, del thriller de los años 70) sin elementos sobrenaturales (¿o sí?, no queda claro, y en mi opinión eso añade plausibilidad a la historia, algo que también aprovecharía Carpenter en su siguiente La noche de Halloween) de por medio. Propone un violento relato donde una comisaría angelina, a punto de cerrar, y las personas dentro (entre ellas un preso que iba a ser transportado a prisión) se ven asediadas por una banda callejera. Lo que más se aprecia es la sequedad de su violencia y la firme solidez del relato. Rehecha en 2005 por un mindundi, con Ethan Hawke y Laurence Fishburne (Neo en la saga Matrix), que proporcionaba un entretenimiento aceptable.
Assault on precinct 13
- La noche de Halloween (Halloween, 1978): lo que no se haya escrito ya de la obra que catapultó a Carpenter al estado de master of horror ya no se va a escribir. Hoy, algo tan simple como que un asesino siembre el terror en una tranquila urbanización sirvió a Carpenter para lograr no ya uno de los mejores exponentes del fantastique norteamericano moderno, sino también, y no creo que exagere, una de las películas de mayor reputación de toda una década. Todo, desde la música (seguramente la que más asusta del género de horror en toda su historia) hasta el guión (por simple que éste pueda parecer a día de hoy) funciona a la perfección, por no mencionar el ritmo en escalada (quizás los espectadores más jóvenes no la admiren en plenitud al haber visto muchas cintas con la misma estructura, pero es que ésta fue lo que empezó todo) y el montaje, simple a la par que efectista. Nunca nadie creó tanto desasosiego y miedo con tan pocos medios. Seis secuelas directas (ninguna llegó al nivel de la primera, aunque alguna de las primeras tiene un pase) y dos excelentes reboots por parte de Rob Zombie en los últimos años avalan su prestigio y su influencia. Como en Asalto a la comisaría del distrito 13, el supuesto y/o dudoso carácter inmortal del personaje de Michael Myers (al final no lo vemos morir, cuando todo el mundo cree que muere, acompañado de los míticos planos finales acompañados de la no menos espeluznante música) añade grandeza, más si cabe, a la propuesta. Seguramente, aunque esto, como todo, es discutible, el film que define la carrera de Carpenter.
Halloween
- La niebla (The fog, 1980): pese a que, entre sus fans, existe una especie de consenso en considerar a ésta La niebla entre lo más destacado de su autor, siendo realmente notable como es, resulta claramente inferior a su, digamos, divina trinidad, formada por La cosa, 1997: rescate en Nueva York y La noche de Halloween (al menos, a mí me lo parece así). Cuenta la historia de un pequeño pueblo construido sobre una bahía que, 100 años después de haber matado a unos marineros, éstos vuelven envueltos en una espesa niebla y convertidos en una especie de fantas-zombies. Carpenter sabe cómo crear terror como nadie (desde la cita que da inicio a la película, obra de Edgar Allan Poe, un maestro literario del horror). Carpenter volvió a contar con Jamie Lee-Curtis, prota de La noche de Halloween, acompañada de la sexy Adrienne Barbeau, por aquél entonces pareja de Carpenter y que también aparecería en su siguiente 1997: rescate en Nueva York. Como siempre limitada en los medios, algo a lo que Carpenter sabe darle la vuelta con su talento, completando una muy atractiva faena. Aún así y con un remake realizado en 2005 del que no tengo referencias, resulta bastante olvidada, lo cual no habla nada bien de dicha nueva versión. Recuerda en algunas características de su planteamiento a La noche de Halloween y hasta a Asalto a la comisaría del distrito 13
The fog
- 1997: rescate en Nueva York (Escape from NY, 1981): original es como podría describirse este relato de acción en un Nueva York post-apocalíptico, de un Carpenter en una forma descomunal que sirvió de aperitivo para la otra película por la que será recordado siempre, que no es otra que La cosa. Y curiosamente Carpenter creó a su personaje más icónico y popular fuera de estas dos obras, que no es otro que Serpiente Plinsken (Kurt Russell), un renegado capturado por el gobierno norteamericano que tiene que viajar a Nueva York, convertida en basurero de criminales y escoria, para traer de vuelta al presidente de su país, secuestrado allí. Pero claro, Plinsken está resentido con su propio país por darle la espalda en el pasado... Es muchas cosas en una, entre otras cosas western y también cómic. Personalmente mi favorita tras Vampiros, La cosa y La noche de Halloween. Divierte de principio a fin, aunque su secuela-remake, 2013: rescate en Los Ángeles, se tomaba más el asunto a risa, sin tomarse en serio, con mucha más comedia, mientras ésta tiene un tono mucho más oscuro
Escape from New York
- La cosa (The thing, 1982): según para quién, puede que sea el proyecto más mítico de Carpenter, que hizo olvidar la ya de por sí excelente El enigma de otro mundo (The thing from another world, Howard Hawks, 1951) en la que se basaba. Carpenter, de nuevo con Kurt Russell en papel protagonista, dio salida a todo el gore acumulado en sus entrañas y su mente desde el inicio de su, ahora ya sí, contrastada carrera. Un grupo de investigadores en la Antártida recogen un, en apariencia, perro vagabundo...infectado por una forma de vida extraterrestre. La tensión irá creciendo entre los miembros de la base, a medida que también lo hará el horror. La secuencia en la cual se sacan sangre para ver quién está infectado o no es mítica en el género, y ha sido no pocas veces copiada (The faculty). Pese a que los efectos especiales sobresalen, no tienen por qué (y no lo hacen) acabar con el talento narrativo de un director que seguramente llegó al pináculo de su inventiva con esta cinta. No sé muy bien si la nueva versión de 2011 era un nuevo remake o una precuela. Creo que oficialmente es una precuela, pero cuando la vi parecía más bien una nueva versión, con una alarmante falta de ideas. No aportaba absolutamente nada.
The thing
- Christine (1983): otra vez un original (muy difícil hasta cierto punto, debido a lo aparatoso de su resolución, y eso habla en favor del director, pero ni el material ni lo que hizo Carpenter con él eran muy buenos) relato de terror a partir de una novela de Stephen King sobre un coche asesino de finales de los años 50. Supuso el inicio del declive de su realizador, pese a algunos apuntes interesantes (su premisa, sin ir más lejos), pero, pese a todo eso, resulta de lo más flojo de su filmografía. Resulta curioso que de dos maestros, en diferentes medios de comunicación, del terror, como Carpenter y King, saliera tal cosa.
Christine
- Starman (1984): entrañable (sigue siendo ciencia-ficción pero ya abierta a todos los públicos) propuesta de un Carpenter que seguramente quería su ET, con un relato romántico sobre un alienígena (con la apariencia de Jeff Bridges) que se enamora de una terrícola (Karen Allen). Sus teóricas originalidad y habilidad chocan, en algún momento, con algún momento "demasiado ET" (o sea, lagrimón) pero resulta lo que más sobresale del Carpenter de los 80 exceptuando La cosa, por supuesto, y dio a conocer la faceta más tierna (profesionalmente hablando) del cineasta. Además le valió a Bridges una nominación al Oscar. La escena final es sencillamente entrañable. Dio lugar a una serie un par de años más tarde, la cual sólo duró 13 episodios.
Starman
- Golpe en la pequeña China (Big trouble in little China, 1986): sin duda de lo peor de Carpenter en toda su carrera, junto con su siguiente El príncipe de las tinieblas. Un producto de acción aderezado con algo de fantasía (en forma de magia negra) al que no hay por donde cogerlo en ningún momento. De nuevo con Kurt Russell, aunque en un personaje bien distinto a su Plinsken de 1007: rescate en Nueva York. Sin gracia alguna. Incomprensiblemente hoy en dia es un producto de culto de su realizador.
Big trouble in little China
- El príncipe de las tinieblas (Prince of darkness, 1987): Carpenter siguió en la misma baja forma que había mostrado en su anterior propuesta, aunque al menos se aproximó a temas mucho más sugerentes y coherentes con lo és él al género fantástico. Cuenta como el mal se va apoderando de un grupo de científicos que investigan un artefacto encontrado en una iglesia. Lo más destacado es Alice Cooper. Aún así, nada o muy poco más que raspar
Prince of darkness
- Están vivos (They live!, 1988): seguramente uno de los guilty pleasures por excelencia de todos los 80, además de una feroz crítica al capitalismo. Protagonizada por un luchador de lucha libre de la época, cuenta una invasión extraterrestre desde una perspectiva, digamos, poco ortodoxa (o extremandamente original): los alienígenas, sin darnos cuenta, nos están tratando como a ganado, y todo gracias al poder del capitalismo salvaje. Sólo él puede ver a los extraterrestres (disfrazados de gente normal) mediante ¡¡gafas de sol!!. Extremadamente divertida aunque, repito, lo que hay que sacar de ella es la crítica social. Se estrenó un año más tarde que Wall street (Oliver Stone, 1987). Por descubrir para mucha gente y de lo más sobresaliente de Carpenter.
They live!
- En la boca del miedo (In the mouth of madness, 1994): a falta de haber visto Bolsa de cadáveres y Memorias de un hombre invisible, esa comedia con Chevy Chase (madre mía lo que puede salir de ahí...) damos un salto hacia este descenso a los infiernos de la locura, sobre un investigador (Sam Neill, el prota de Jurassic park) que tiene que investigar la desaparición de un popular escritor de novelas de ciencia-ficción y terror. Carpenter realizó una interesante labor, alejado de sus convenciones, pero interesante qué duda cabe. Recuperó gran parte del talento que parecía haber ido perdiento paulatinamente en los años anteriores, construyendo una narración de agobiante tensión con una resolución realmente notable.
In the mouth of madness
- El pueblo de los malditos (Village of the damned): nueva versión a cargo de Carpenter de la notable cinta británica que realizara Wolf Rilla en 1960, la cual a su vez tenía base literaria en forma de novela. El resultado es bastante más flojo de lo que se espera de un realizador de su categoría, quizás porque la rodó en plan nueva versión de Psicosis, es decir, copiando descaradamente el original. Pese a todo, salva los muebles (lo cual equivale a decir que empata en el último minuto) con cierta dignidad gracias al atractivo material del que dispone, pese a que no lo aprovecha para nada. Cuenta cómo unos maléficos niños toman el control de un pequeño pueblo del interior norteamericano.
Village of the damned
- 2013: rescate en Los Ángeles (Escape from Los Ángeles, 1996): soplo de aire (muy) fresco en la carrera de Carpenter, pese a que retomó aquí una de sus propuestas más celebradas (1997: rescate en Nueva York). Los fans la acogieron con mucho agrado y, la verdad, siendo inferior al cult classic que supuso la película de 1981, esta especie de nueva versión o secuela (un poco a lo rollo de las dos primeras partes de Terminator, esto es, mismo planteamiento pero modernizado y con más medios). Entretenida de principio a fin, con más humor y una música más molona que la de la primera parte. Su prólogo, cuando explica la situación en la que se encuentra el país, resulta antológico. Historia viva del cine como Peter Fonda, Pam Grier y Steve Buscemi aparecen por ahí junto a Russell.
Escape from Los Angeles
- Vampiros (John Carpenter's Vampires, 1998): personalmente, su film más sólido desde los tiempos de La cosa, con un inolvidable y muy desfasado James Woods de cazavampiros empleado por el mismísimo Vaticano que tiene que matar, cómo no, a un líder vampírico antes de que se apoderen de una valiosísima cruz para dominar el mundo. El score del propio Carpenter y la fotografía del filme resultan, por momentos, excelentes. Generó un par de secuelas protagonizadas por Bon Jovi que pasaron directamente al mercado doméstico. Como curiosidad, destacar que fue la primera pelicula en la que el director incluyó su propio nombre en el título original. De lo más cercano a los clásicos de Carpenter.
John Carpenter's Vampires
- Fantasmas de Marte (John Carpenter's Ghosts of Mars, 2001): atractivo y reivindicable regreso del maestro a su universo: acción, una situación de asedio en un lugar inusual (Marte) y delincuentes entre los personajes. Sin llegar a las cotas de maestría que desprendía Asalto a la comisaría del distrito 13. Pam Grier anda también por ahí, como un primerizo Jason Statham. Trata sobre el futuro en Marte, donde viven y trabajan personas, y unos agentes de la ley deben escoltar a un preso a una colonia, pero al llegar algo ha pasado.Vibrante y bien estructurada, no falta ni el terror ni, sobre todo, la acción. Como ya he dicho, espera ser reivindicada. Sus fans seguramente se frotaron con las manos con este, de verdad, genuino regreso de Carpenter a su propio ecosistema.
John Carpenter's Ghosts of Mars
Habrá que ver que deparó The Ward (2010)
Puzzle Bobble
Karate Blazers
Puzzle De Bloques
Magical Cat Adventure