Revista Televisión
Mistresses va a tener una trayectoria corta pero intensa. Tres temporadas en total, con seis episodios cada una de una hora de duración. Se han estrenado ya dos de ellas, y en enero la BBC One estrenará la tercera y última. Hace poco hablé de la serie, y ahora que estoy a puntito de terminar su segunda temporada, debo volver a hacerlo. Spoilers de la primera temporada.
Sus seis primeros episodios me entusiasmaron. La historia de estas cuatro amigas inglesas me dejó un muy buen sabor de boca. A Katie la vimos sufrir, empezando por que al paciente con el que mantenía una relación desde hace dos años le diagnostican un cáncer, y termina ayudándole a morir. Pero cuando el hijo de su paciente empieza a investigar tras descubrir que su padre tenía una aventura, es en Katie en quien se apoya, lo que les lleva a enamorarse. Ella, con todos esos secretos, y él con la mosca en la oreja. Una vez él descubre todo el pastel se lo cuenta a su madre (que también es paciente de Katie) y terminan llevándola a juicio. Él no declara en su contra, pero no evitan que sea inhabilitada por 12 meses. Su historia, por supuesto, termina.
Jessica es una moderna, una liberala, una libertina de toda la vida. Vamos, que se tira a todo lo que tiene por delante. Pero ella es tan absolutamente adorable que se lo perdonamos. Empieza la temporada liada con su jefe, un personaje que gana muchísimo conforme avanza la temporada. Pero la aparición de Alex y Lisa, una pareja de lesbianas a las que deben organizar la boda, su vida cambia. Descubre en Alex un mundo nuevo de placeres y diversión. Pero no nos olvidemos que Alex se casa, y que no hay peor forma de empezar un matrimonio que con una amante. Así que Jessica termina sola.
La historia de Siobhan es infidelidad pura y dura. Ella y Hari, su marido, están intentando quedarse embarazados por todos los medios, hasta que descubren que él es esteril, lo que le convierte en un ser arisco. Mientras, Dominic, un compañero de trabajo de Siobhan, no deja de tontear con ella, hasta que al final ella cae, en un momento de debilidad. Pero cae y recae, hasta descubrir que ha quedado embarazada. Se le cae el mundo encima, ya que es prácticamente imposible que el niño sea de Hari. Termina la temporada contándole la verdad, y con su matrimonio volando por los aires.
Y por último tenemos a Trudi, a cuyo marido le piyó el 11-S en Nueva York y del que lleva sin saber seis años. A pesar de que todos le dan por muerto, ella todavía espera su regreso, y más desde que recibe unas sospechosas llamadas telefónicas por las noches. a su vez, conoce al padre de una de las amigas de sus hijas, abandonado por su mujer. Tras unos tiras y afloja, Trudi decide avanzar, y comenzar una relación con Richard. Pero es entonces cuando conoce a Sally, que afirma ser la amante de Paul (el marido de Trudi) y madre de su hijo. Viene pidiendo dinero (que recibió Trudi de la asociación de viudas). Una vez Trudi decide darle parte del dinero, descubre que Paul está vivo, ya que lo ve con sus propios ojos. Decide quedar con él, para que le cuente el por qué de su desaparición. Tras mucho meditarlo, Trudi le denuncia a la policía por estafa, ya que el único objetivo de Paul y Sally era sacarle dinero a Trudi.
A lo largo de seis magníficos episodios nos cuentan la historia de estas cuatro grandes mujeres. Su fuerte está en los guiones y en las interpretaciones. Lo que sucede en su segunda temporada es otra historia, de la que hablaré en un futuro muy próximo.