El brócoli tiene que ser casi siempre hervido, en eso no hay duda, pero si se puede terminar de varias maneras, la más común es gratinado con una bechamel y queso por encima.
Bien, esta receta que os muestro tiene toque de a lmendras, cebolla y tomates secos.
No es nada espectacular, lo sé, aunque no me negaréis que es una manera más de hacerlo y salir de la rutina.
Ingredientes para 2-3 personas.
3 tomates secos en aceite
1 c/p colmada de harina de maíz
Aceite de oliva virgen extra
Limpiar el brócoli, cortarlo en ramitos y ponerlo a hervir con agua, sal y un chorrito de leche hasta que esté cocido pero firme, unos 15 minutos. Escurrir bien de su caldo y reservar este.
En una sartén poner aceite, la cebolla rallada, sal y pochar unos 7-8 minutos, añadir los tomates picaditos, verter el vino y dejar 2 minutos.
Añadir la harina de maíz, remover para que se cueza la harina y no se formen grumos, verter el resto de la leche e ir removiendo para que se espese la salsa, poner un poco de caldo de la cocción hasta formar una salsa no muy espesa.
Colocar en una fuente de horno el brócoli y salsear, repartir la almendra y las nueces picadas por encima, rociar con un hilo de aceite y gratinar.
Una vez servido en el plato rociar con un poco de aceite mezclado con perejil picado.
La cantidad de comensales depende del tamaño del brócoli.
** Lo mismo pasa con los tomates secos, según tamaño.
** El brócoli una vez hervido ha de quedar firme, que no se deshaga.
** Triturar las almendras , con o sin piel y las nueces , pero no han de quedar pulverizadas.
** La cantidad de líquido a poner en la salsa depende de vuestro gusto y de si os gusta más o menos espesa, se trata de poder napar la verdura sin que se forme una capa espesa.
** c/s = cucharada sopera
** c/p = cuchara de las de postre
aseguraros bien de que todos los ingredientes sean sin gluten.