Bromeando con Kim Jong Il

Acaba de morir norcoreano Kim Jong Il, que era el dictador favorito de los humoristas. Gaddafi se daba demasiados humos como para ser un buen objetivo de chistes, salvo en lo que se refiere a su guardarropía, que anda que no se gastaba unas capas… Bashir el-Assad tiene las manos demasiado manchadas de sangre como para que apetezca hacer bromas. Mugabe luce un bigotillo hitleriano que más que ganas de hacer bromas te provoca escalofríos en la columna vertebral. En cambio, Kim Jong Il…
El humorista norteamericano Jon Stewart lo definió como “un inepto, peinado a la Pompadour, que lleva calzado con alzas y que parece un muñequito que pondrías al final de lápiz de tu hijo”. ¿Parece que ha sido duro? ¡Qué va! Ha sido una malva comparado con lo que Jay Leno dijo de él: “Según la biografía de Kim Jong-Il, ha sido continuamente acusado de deshonestidad, alcoholismo y excesos sexuales. Si viviera aquí, podría estar en el Congreso de los Estados Unidos.” Un chiste de Conan O’Brien sobre los rumores acerca de la sexualidad peculiar de Kim: “Kim se entera de que la Secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, ha dicho de él que es un perverso sexual. Kim la llama todo indignado: “¿A que no te atreves a decirme eso mientras te tengo esposada y te doy azotes en el culo?”
Su nombre, Kim Jong Il también ha dado pie a algún chiste imposible de traducir al castellano. En inglés “ill” significa enfermo. “Los expertos del Departamento de Estado advierten que Kim Jong Il podría ser sucedido por su hijo Menta Lee Ill”. Vale, tan vez no sea tan gracioso. ¿Y éste? “Debido a su estado de salud Kim Jong Il abdicará en su hijo Kim Jong Not-ill”.
La estupidez es contagiosa. Coges un estúpido y el radio de estupidez puede teñir 100 kilómetros a la redonda. 1.000 kilómetros, cuando hablamos de un dictador “comme il faut”. Así, Kim Jong Il también ha servido para hacer chistes sobre otros personajes. “Sarah Palin se une a las filas de quienes creen que no se deben quemar ejemplares del Corán y dice: “Pienso que quemar el Corán podría enfadar a su dictador, Kim Jong Il.” “En una cumbre internacional el Presidente Bush le ofrece a Kim Jong Il el siguiente trato: “Si renuncias a poseer armas nucleares, prometo que EEUU no te invadirá.” Kim Jong Il tuerce la cabeza. El Presidente de México que lo ha oído, se acerca corriendo a Kim Jong Il: “¿Estás loco o qué? ¡Acepta ese trato inmediatamente! En 200 años nosotros no hemos conseguido todavía que EEUU se comprometa a no invadirnos.”

Un chiste sobre Kim Jong Il que cuentan los propios coreanos: “Dos norcoreanos escapan a Corea del Sur acompañados de su cerdo. Para celebrarlo van a un bar. El camarero se interesa por el nombre de su cerdo. “Se llama Kom Jong Il”, responden. El camarero frunce el ceño. “Eso es muy insultante”. Los norcoreanos replican: “Ahora somos hombres libres. Nos la suda lo que pueda pensar kim Jong Il.” A lo que el camarero repone: “Yo estaba pensando en lo que dirían los cerdos de Corea del Sur.”
En mi opinión los humoristas occidentales y surcoreanos se quedan cortos ante los propagandistas norcoreanos. Ellos sí que saben hacer reír. Por ejemplo, hay una bella canción sobre Kim Jong Il que dice:
“Cuando el general KimJong Il nació,las nubes se abrierony bajó del cieloy hubo una gran tormenta de nieve.Cuando el general KimJong Il grita fuerte¡siempre hay tormentas!”
Genial, ahora resulta que Kim Jong Il es una mezcla de Niño Jesús que baja de los cielos y dios del trueno.
¿Qué chiste contado por un humorista podría ser más hilarante que este bello texto de la propaganda norcoreana?
“El general Kim Jong Il es un gran hombre del tipo Baekdu de los que hay pocos. Nació en la montaña Baekdu, la montaá sagrada de nuestra nación y alcanzó una estatura revolucionaria inusual [advertencia: habla de su estatura REVOLUCIONARIA, no de la otra] con la educación especial revolucionaria de sus padres, brillantes comandantes de Baekdu, así como con su entrenamiento especial en la lucha revolucionaria. Personifica el espíritu revolucionario, semblanza y carácter de la montaña Baekdu. El espíritu revolucionario de la montaña Baekdu que él personifica es el espíritu de independencia asociado con el alma de baekdu, el espíritu del fusil que hereda el linaje de Baekdu, el espíritu revolucionario infatigable lleno del temple de Baekdu y el espíritu optimista consistente con el ánimo de Baekdu. Los rasgos revolucionarios de la montaña Baekdu que posee son el coraje gigantesco al estilo del Baekdu, la sagacidad siempre victoriosa del comandante brillante de Baekdu, la amplitud de miras propia de un héroe, la capacidad organizativa para dirigir a millones de personas, el espíritu incansable, la firme capacidad de ejecución.” ¡Madre de Dios! Más que un elogio parece un trabalenguas: Kim Jong Il está baekdudizado, ¿quién lo desbaekdudizará?...
Si uno es capaz de leer lo anterior sin reírse y sin que tanta montaña Baekdu se le atragante, también podrá creerse sin problemas que la primera vez que jugó al golf en un campo reglamentario hizo 38 bajo par, que compuso operas, que tiene una memoria fotográfica, que su estilo de indumentaria ha causado furor en el mundo entero...
Ahora que Kim Jong Il ha muerto, ¿qué otro dictador encontraremos que nos haga reír tanto?
Termino con una cita de Mark Twain que resumen muy bien lo que pienso: “Nunca he deseado que nadie muriera, pero hay algunos obituarios que he leído con gran placer.”