De aquel pan de la pasada receta ¡ni las migas! :-) Pero como me comprometí cumplo lo dicho y aquí os dejo la receta con otro pan que he tenido que volver a hacer, ahora más pequeño.Os comentaba de lo bueno que es para hacer bruschettas, he comprobado que para mí lo es. Su miga, por sus características especiales, se presta como las mejores para elaborarlas. Si queréis conseguir un mejor resultado debéis dejar el pan un par de días o tres, así saldrán mucho mejor.
El origen de las bruschettas es italiano, de la Toscana, concretamente. Se trata de rebanadas de pan tostadas a las que no les falta el ajo, el tomate y la albahaca. Desde su invención, se han modificado sus ingredientes, siendo hoy día fácil encontrarlas con queso, jamón o cualquier cosa que se nos ocurra, ¡la imaginación al poder! Se consideran un antipasto, aperitivo, entremés y son muy populares en toda Italia. Si no podéis contar con este pan, porque no os atrevéis a hacerlo, o simplemente no tenéis ganas, no os apetece, intentadlo con algún otro, no os debéis perder esta combinación tan sabrosa.
Ingredientes:
- Pan siciliano en rebanadas de 1 cm de grosor (yo las he cortado por la mitad).- Ajos.- Tomates.- Guindilla seca roja.- Hierbabuena.- Aceitunas negras.- Aceite de oliva.- Sal.
Elaboración:
Tostar al punto las rebanadas de pan. Untarlas con ajo crudo.
Pelar los tomates, retirar las semillas y cortar en daditos.
Pelar y picar menudo los ajos.
Cortar unos aritos de guindilla (sin semillas).
Sofreír en aceite, no demasiado (el tomate debe quedar casi entero, el ajo preferible que se dore un poquito) y salar.
Extender sobre el pan, picando encima algo de hierbabuena (es mi aportación a la receta para darle un toque fresco, en lugar de albahaca). Añadimos unos aros de aceitunas negras. Regamos con un hilito de aceite crudo antes de servir.