Revista Filosofía

Buda y Santo Tomás de Aquino

Por Tiburciosamsa

Fue Federcio es que me hizo notar que Buda y Santo Tomás de Aquino tenían algo en común aparte de la barriga y la alopecia: la causalidad les ponía cachondos. Ambos percibían el mundo como una cadena de causas y efectos, pero las conclusiones que sacaron de esa visión fueron radicalmente opuestas.
Santo Tomás se encuentra con un mundo compuesto por seres contingentes que han sido originados por causas previas. Yo estoy aquí porque mis padres (mis causas) se conocieron. Si no se hubieran conocido, yo no estaría aquí. Al universo se la suda que yo esté o no esté aquí. A mí no me la suda, pero mi opinión se la trae al fresco al universo, que seguirá siendo el mismo (aunque con un blog menos) si yo no estoy aquí. 
A Santo Tomás la visión de un universo compuesto por seres contingentes causándose unos a otros le ponía un poco nervioso. Si todo es contingente en este universo y lo mismo podría no haber existido, necesitamos algo que no sea contingente, sino necesario, para explicarlo. También estaba el tema de la causalidad: A es causa de B, que es causa de C, que es causa de D… y así hasta el infinito. Dado que una cadena causal que se extienda hasta el infinito es como muy larga, Santo Tomás optó por cortar por lo sano: tenía que haber una Causa Primera, que diese origen a todas las demás. Y además esa Causa Primera tenía que ser no contingente. 
Así por los caminos de la causalidad y la contingencia, Santo Tomás llega a Dios. Dios tiene que existir. Dios ha de ser esa Causa Primera que necesitamos para explicar el universo.
Buda también se encontró con un universo en el que la causalidad hacía estragos. Su concepto de lo que es una causa lo tenemos en el “Samyutta Nikaya”: “Cuando esto existe, eso llega a existir. Con el surgimiento de esto, eso surge. Cuando esto no existe, eso no llega a existir. Con el cese de esto, eso cesa.” Un poco farragoso, pero creo que la idea se entiende. 
Una diferencia entre Buda y Santo Tomás es que a Buda no le interesaban ni la metafísica ni la teología. Buda no quería explicar la causa de que el universo exista. Él centró su indagación sobre la causalidad en descubrir porqué estamos atrapados en el samsara. 
Buda encontró una cadena de 12 eslabones que es la que nos encadena a la existencia: La ignorancia (1) genera las disposiciones mentales que determinan la voluntad (2). Las disposiciones mentales hacen que emerja la conciencia (3).La conciencia provoca la aparición del nombre-forma (4), esto es la combinación del elemento psicológico y del físico que conforman la persona. El nombre-forma determina la existencia de los sentidos (5), que en budismo son seis (a los cinco habituales añaden la conciencia que se ocupa de los pensamientos). Porque tenemos sentidos, surge el contacto (6) entre los sentidos y sus objetos sensoriales. El contacto genera las sensaciones (7) que son causa del deseo (8), que a su vez ocasiona el apego (9) a los objetos sensoriales. El apego es la causa del devenir (10), del seguir vinculado a la cadena del samsara. El devenir lleva al renacer (11) y porque renacemos experimentamos el envejecimiento, el sufrimiento y la muerte (12). La conclusión es lógica: suprimamos la ignorancia y nos habremos cargado la cadena que nos ata a la existencia. Buda no se plantea porqué existe esa cadena. Sólo se plantea cómo romperla. 
La idea de causalidad también aparece en la metáfora de la red de Indra. Imaginémonos que el universo es como la red del dios Indra. En cada intersección hay una perla y esa perla refleja a todas las demás y es reflejada por ellas. Cada perla se convierte así en un haz de relaciones. Cada perla refleja la interconexión de todas las cosas del universo. Pienso que a la red de Indra también se le puede dar una lectura causal: cada perla es el resultado de las causas que son las otras perlas y ella a su vez es la causa de las demás perlas. 
Si Santo Tomás se hubiera encontrado con la red de Indra, se habría puesto nervioso y habría empezado a buscar una Perla no causada, que estuviera fuera de esa red y fuera su causa original. Pero el budismo niega que exista esa Perla inicial. El universo es ese conjunto de perlas interrelacionadas ni más, ni menos.

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