Uff... ¡Qué semanita! De todo y para todos los gustos. Pero, en referencia a la cocina (que es lo que nos interesa y convoca), tenemos receta como es de costumbre y Día Mundial del Comercio Justo.Hoy les propongo preparar una receta que era de mi bisabuela (aunque le hice una que otra modificación. ¡¿Qué raro, no?!) y, desde entonces, se viene preparando en la familia. Hablando de ella, les aseguro - como indica en el título de este post - que si viviera, sería bloguera. No, no. No es una falta de respeto ni mucho menos que yo a mi bisabuela la adoro y admiro profundamente: era una castellana con energía para repartir, una mano de ángel para la cocina, un ingenio como pocos, valentía para llevar adelante sus sueños, defender su gente y sus convicciones, y alegría para regalar entre sus hijos y nietos... Por eso, porque era moderna (para los cánones de su época), aventurera e interesada por las novedades que surgían, estoy segurísima que hoy manejaría Facebook, Twitter, Pinterest, Photoshop y su propio blog de cocina y manualidades de taquito. ¡Sí, señor!Cuentan por allí quienes la conocieron (yo no tuve esa dicha porque falleció cuando mi abuela, su hija menor, era una muchachita de apenas 15 años) que mi abuela, otra castellana con el mismo talante que su progenitora, y yo misma nos parecemos mucho. Sí, algo en la parte física; pero, mucho en el carácter...Venga, entonces, este homenaje a dos de las mujeres de mi vida que me han marcado profundamente: mi bisabuela Agustina y mi abuela Lela (como le decía yo de pequeñita) o Yeya (como le decía mi hijo).
Este budín es una sabrosa oportunidad para combinar papas, quesos y champiñones en un mismo plato sin mayores complicaciones, con un resultado final súper exitoso.
Aquí está la lista de ingredientes que necesitarán para realizarlo.
Lo primero será que cocines al vapor 600 gramos de papas para preparar con ellas un puré. Aparte, rehogá una cebolla y medio ají morrón cortados en brunoise (cubitos bien pequeños). Condimentá con sal, pimienta, nuez moscada, tomillo y orégano. Reservá.Ahora sí, en un bol colocá las papas enteras y convertilas en puré, sin añadir ni aceite ni manteca, pero sazonando con sal, pimienta y nuez moscada. Luego, agregá la cebolla y el ají rehogados. Por último, incorporá 3 huevos (podés reemplazarlos por 2 huevos y 2 claras para hacer la preparación más ligera), batiendo bien para integrar todo.
Revolvé bien y agregá 1 taza de queso rallado Pategrás, Fontina, Gruyere o cualquier otro con cuerpo, picantito y con sabor. Si deseás que la receta sea más liviana podés emplear, en su lugar, 1 taza de queso en hebras bajo en calorías (en mi caso, utilicé Mozzarella y Pategrás light). Luego, añadí a la preparación 1 taza de queso rallado propiamente dicho (Provolone, Reggianito o similar) a la que le incorporaste 1 cucharadita de pimentón dulce ahumado, nuez moscada y pimienta recién molida. Mezclá bien.
Es momento de que vuelques la mezcla en un molde de budín (yo quise probar un molde nuevo Savarin, parte de un kit de regalos que recibí de mi suegra por mi cumpleaños), enmantecado previamente.
Llevá tu budín a cocinarse a baño de María en un horno medio (180-190° C) por unos 40 minutos.Mientras tanto, es momento de preparar la salsa que acompañará el budín. Para ello, en una cacerola pequeña, rehogá en una cucharada de aceite neutro 1 cebolla chica y medio ají verde (cortados en brunoise). Condimentá con sal, pimienta y nuez moscada.Luego, añadí 200 gramos de champiñones de París fileteados e incorporá 1 cucharada de hongos secos y shitakes secos en polvo.
Añadí una taza de leche (descremada en mi caso; pero, si querés que sea más liviano todavía, podés emplear agua) y dejá cocinar a fuego bajo. Para espesar la salsa, cuando ya estés a punto de utilizarla, añadí 2 cucharadas bien copetonas de fécula de maíz diluidas en leche (o agua) y dejá que la preparación tome cuerpo, revolviendo siempre para que no se formen grumos. Rectificá la sazón si fuera necesario.Desmoldá el budín de papa y quesos, bañalo con la salsa de champiñones y llevalo a la mesa. Seguro, seguro, tu familia queda con la boca abierta y el corazón contento.
Es un plato ideal para servir como acompañamiento (en casa lo comemos como plato principal porque soy vegetariana y no preparo carnes), en lugar de un puré simple.Los quesos y vegetales le aportan mucho sabor, unidos a algunos condimentos que dan lo mejor de sí (el pimentón dulce con su saborcito ahumado hace el plato más gustoso todavía) y una salsita de champiñones de textura suave, aterciopelada.
En fin, en pocos minutos tendrán un plato que les gustará a todos y podrán darle la vuelta al puré de papas tradicional, sin demasiadas complicaciones.
Recuerden que si están en plan de dieta, pueden reemplazar los quesos más grasosos por versiones más livianas, aportando sabor y perfume con las especias.En el mismo sentido, se pueden reemplazar los 3 huevos por 2 huevos y 2 claras sin diferencias en la consistencia del budín obtenido.
Antes de despedirme, quiero recordarles que este sábado 11 de mayo (siempre es el segundo sábado de mayo) en más de 70 países se celebra el Día Mundial del Comercio Justo.¿Qué se celebra? Un comercio sin explotación, sin trabajo infantil, sin daño a la tierra, sin agrotóxicos, donde el cambio de semillas es libre y el intercambio entre productores y consumidores es directo.A través de esta iniciativa se busca generar conciencia y cambios de hábito para paliar la pobreza, reducir el impacto en el medio ambiente y fomentar el desarrollo de los pequeños productores.
Si quieren más información sobre el tema y sobre las celebraciones que se realizarán en el mundo entero, pueden visitar la página oficial de la Word Fair Trade Organization (WFTO) aquí.
Recordemos, entonces, que comprándoles a los productores locales, fortalecemos las pequeñas economías regionales y conocemos las manos que se encargan de cultivar los alimentos que comemos en casa, sin agroquímicos, sin pesticidas, con rotación de los cultivos, con respeto por la sustentabilidad y por quienes trabajan la tierra.
Les deseo una excelente semana. ¡Qué la disfruten mucho! ¡Bon appétit!