Noviembre está a punto de acabar y para ponerle un broche perfecto hemos escogido una planta muy especial para hablar de sus cuidados en este último post del mes: la rosa de JericóNuestros huertos urbanos y jardinesya están sembrados con lirios, narcisos y jacintos, entre otros muchos bulbos de otoño, por supuesto, pero nos falta añadirle un toque especial a nuestro hogar y con la rosa de Jericó vamos a conseguirlo.La anastatica hierochuntica es un bulbo perteneciente a la familia de las brassicaceae que procede de los desiertos de Arabia, las inmediaciones del mar Rojo, Palestina y Egipto. Resulta curioso que, pese a su nombre, no sea nativa de la ciudad de Jericó.La rosa de Jericó va a ser muy sencilla de cultivar y puede plantarse durante todo el año. Posee una gran resistencia a la desecación y es esta característica la que la hace tan especial, ya que puede vivir muchos años “encogida” sobre sí misma y revivir con agua. Es decir, ante la falta de agua permanecen cerradas, incluso durante años, y vuelven a abrirse al contacto con el agua o con la humedad. Por eso, nuestra rosa de Jericó llegará con sus ramas contraídas sobre sí misma, replegadas como una pelota y secas. Para hacer que la planta vuelva a la vida, debemos colocarla en un recipiente lleno de agua, cubriéndola por completo. Cuando la flor se abra es el momento de vaciar el recipiente, dejando cubiertas con agua sólo a las raíces, de esta manera evitaremos que aparezcan hongos. Y este proceso, de ‘encogerse’ y volver a abrirse, va a poder realizarse muchas veces durante la vida de la planta. No es raro que a este bulbo se le atribuyan numerosas propiedades mágicas. Gracias a esta capacidad, los chamanes utilizaban la rosa de Jericó para pronosticar con acierto el tiempo. Así, hasta nuestros días, en la que se la considera como un talismán, que trae buena suerte y aleja las malas energías del hogar. En Semillas Huerta y Jardín sólo tenéis que pasar por el catálogo de bulbos de otoño para encontrar la rosa de Jericó
¡Feliz y mágica siembra!