La entrada en marzo significa en Valencia algo más que la llegada del mes de la primavera, los valencianos identifican el día 1 del próximo mes, con el primer día de mascletá, un sonoro preludio a la fiesta fallera, a la alegría, la música, el color y el aroma de la polvora.
Para mi significaba viajar a Valencia, a nuestra delegación, visitar clientes por toda la comunidad valenciana, larguísimas reuniones con el delegado, agentes comerciales e inventario administrativo y del stock de los productos que distribuía mi empresa, aprovechando lógicamente días festivos.
Nuestra oficina estuvo situada desde principios de los 70 justo enfrente del Ayuntamiento, las vistas de todos los despachos eran a la misma Plaza donde durante diecinueve días se disfrutan las mascletás a las dos de la tarde, cita ineludible para todos los valencianos y visitantes.
Esos minutos de auténtico “ritmo fallero” en los que explotan unos 120 kilos de pólvora, era una experiencia única, la sensación de que se venía abajo toda la decoración, que se caía el edificio, que ensordecería, que el cuerpo vibre, el olor a pólvora, pero la visión y el espectáculo desde una cuarta planta resguardada, hacía que disfrutara especialmente del “terremoto” final.
La mascletá recibe su nombre de los masclets, unos petardos de gran potencia que se atan con una mecha colgados a media altura. La gracia de la mascletá es el ritmo de los petardos al explotar, debe tener un sonido casi musical pero sobre todo debe ir de menor a mayor intensidad, con un final cuanto más estruendoso mejor.
Pero mi mejor recuerdo fue poder ver los ramilletes de los fuegos artificiales de la noche del día 19, que un año tuve el privilegio verlo desde el aire, ya que mi avión (no recuerdo bien si de llegada o salida a Valencia) coincidió con tan increible y maravilloso espectáculo y uno de los dulces mas típicos que en la feria más importante de Valencia no pueden faltar: los bunyols de carabassa.
Valencia no sólo huele en Marzo a flores, a mar, a pólvora, Valencia huele a buñuelos de calabaza, que venden en cualquier puesto al aire libre, ese dulce tan tradicional, de textura esponjosa, de un sabor dulce tan exquisito; el “buñuelo ideal” debe tener un intenso sabor a calabaza.
Se cree que el origen del buñuelo está unido a las tradiciones de elaboración de dulces árabes de la España del siglo XVI
¿Como los hice?
Para preparar la masa de los buñuelos:
Se cuece (se puede asar tambien) la calabaza (aproximadamente unos 300 gramos) a fin de que se reblandezca en una cacerolita con un poco de agua, cortada en trozos (sin piel ni semillas).
Escurrirlas bien y machacar con un tenedor. Reservar el puré de calabaza y en cuenco aparte un poco del liquido de haberlas cocido.
En un bol poner 300 gramos de harina (usé de Harimsa, especial bizcochos), hacer un hueco en el centro y añadir una yema de huevo, medio sobre de levadura (usé Royal), un pellizco de sal, tres cucharadas soperas de leche, tres o cuatro cucharadas soperas del jugo resultante de la cocción, el puré de calabaza y amasar todo el conjunto.
Cuando la mezcla esté lista, se ha de dejar reposar durante aproximadamente una media hora cubierta con un paño de cocina o un plástico. Tras este periodo de tiempo la masa ha de estar fermentada (esto se aprecia por el aspecto efervescente que presenta, la pasta tendrá agujeritos).
Para freirlos:
Echar en una sarten generosamente aceite de oliva, y dejar que esté muy caliente.
Para hacer la forma hay que coger un poco de masa con una mano, apretando y haciendo una bolita, se coge metiendo el dedo pulgar y el índice y se deja caer sobre el aceite.
Los dedos hay que ir mojándolos con agua para que se te suelten los buñuelos.
Los buñuelos estarán listos cuanto tengan un color dorado - marrón y se hinchen (como en la foto). Después de sacarlos del aceite espolvorear de azúcar y se comen calientes.
Disfrútenlos con una taza de chocolate o un vino dulce moscatel malagueño. Cierren los ojos y verán los fuegos artificiales y las mascletás de Valencia.
Me hubiese gustado subir un poco más adelante ésta receta, pero al subir la foto en una de las redes sociales en las que suelo “enseñar” mis platos, me han solicitado la receta y la he adelantado con mucho gusto, por lo que se la dedico a todas aquellas personas que siguen mis recetas por aquellos lares (unas 1215). Buen fin de semana.