“La vida de cada hombre es un camino hacía sí mismo, el ensayo de un camino, el boceto de un sendero” Con estas palabras, el escritor y poeta Hermann Karl Hesse se describe como un buscador de verdades. Un hombre que dedicó su vida a encontrar en el mundo y en sí mismo la verdad del espíritu, la razón de la existencia y lo que hay más allá de lo que a simple vista vemos.
Como resultado de un viaje a la India escribe “Siddharta” donde refleja su interés por el misticismo oriental y la búsqueda espiritual.
La novela refleja la condición humana, encontrar un sentido y una verdad a la vida. En la búsqueda el personaje se enfrenta con dos viajes: uno externo representado por los placeres, la sensualidad, el orgullo y las ansias de poder. Y otro interno, poseer el conocimiento. Lo que provoca su trasformación continua a lo largo de obra.Cuando deja de luchar contra el destino aprende a escuchar las voces y es cuando comprende el fluir de la vida, que la conciencia es la unidad de las cosas, que la sabiduría es ver detrás de todas las ansiedades y, es saber vivir y sentir en cada momento la Unidad.
“El saber puede comunicarse, pero la sabiduría no. Es posible encontrarla, vivirla, dejarse llevar por ella y hasta hacer milagros con ella, pero comunicarla y enseñarla es imposible. Esto es lo que ya de joven presentía, lo que me alejó de los maestros. También he encontrado otra idea que acaso tú, Govinda, vuelvas a tomar por broma o por locura, pero que es la mejor de todas mis ideas. Hela aquí: lo contrario de toda verdad es también verdadero. Me explico: una verdad solo se puede enunciar y traducir con palabras cuando es unilateral. Y unilateral es todo cuanto puede concebirse con ideas y expresarse con palabras: es todo unilateral, todo mitad, todo desprovisto de totalidad, de redondez, de unidad. Cuando el sublime Gotama hablaba del mundo en sus prédicas tenía que dividirlo en sansara y en nirvana, en ilusión y en verdad, en sufrimiento y en liberación. Imposible hacerlo de otro modo; no hay otro camino para quien quiera enseñar. Pero el mundo en sí mismo, lo que existe a nuestro alrededor y dentro de nosotros mismos, nunca es unilateral. Nunca un hombre o una acción cualquiera es del todo sansara o del todo nirvana; nunca un hombre es totalmente santo o totalmente pecador. “ (Fragmento del libro)