Año: 2011 Género: Drama.
País: Estados Unidos.
Duración: 146 minutos.
Dirección: Steven Spielberg.
Intérpretes: Jeremy Irvine, Peter Mullan, Emily Watson, David Thewlis, Tom Hiddleston, Benedict Cumberbatch, Celine Buckens, Toby Kebbell, David Cross.
"Caballo de guerra nos cuenta la extraordinaria historia de amistad que surge entre el joven Albert y un caballo llamado Joey, separándose sus caminos a causa de la Primera Guerra Mundial. El padre de Albert vende a Joey a la caballería del ejército británico para luchar en el frente. Joey será testigo de un extraordinario periodo de la Historia con la Gran Guerra como trasfondo. A pesar de los obstáculos que encuentra en su camino, su coraje será fuente de inspiración para todos los que se cruzan con el noble animal. Albert no puede olvidar a su caballo y abandona su hogar para luchar en los campos de batalla de Francia. Allí busca incansablemente a su amigo para traerlo sano y salvo a casa."
Steven Spielberg, el tío Steven, ataca de nuevo con una historia extremadamente larga y sensiblera, de esas que tanto le gustan a él, pero que tiene varios puntos a favor para que no todo el lastre caiga por la borda almibarada de la película.
Curiosamente, durante todo el metraje de Caballo de Guerra seguimos los pasos de un caballo indómito, Joey, y su vida a través de sus vivencias en un pequeño pueblo de Inglaterra, antes y durante la Primera Guerra Mundial. Es un punto de vista sumamente extraño, en el que los personajes humanos quedan relegados a un segundo plano y la historia va transcurriendo poco a poco a medida que Joey transita los peligrosos escenarios de una guerra virulenta.
Si bien Spielberg elige contar la guerra desde un costado más seguro a su violentamente real Saving Private Ryan ya que el objetivo acá apunta a un ambiente más comercial y familiero, Caballo de Guerra es una épica un tanto lenta, que no tiene los chispazos de aventura a los que nos tiene acostumbrados el director ( momentos que sí pudimos disfrutar con la brillante The Adventures of Tintin); quizás es el hecho de que las diferentes historias que se entrelazan entre sí van trabando un poco el relato y se hace cansino en ciertos pasajes, pero artísticamente el film es impecable: escenarios que quitan el aliento, una producción puntillosa y cuidada, unas escenas de guerra perfectas y preciosas (la escena del caballo corriendo por las trincheras de noche es uno de los momentazos del film) y por supuesto, una banda de sonido sublime, a cargo del imperecedero John Williams.
El multitudinario elenco de esta historia casi coral tiene a muchas promesas jóvenes en el cine, como Tom Hiddleston (Thor, The Avengers y Midnight in Paris) Benedict Cumberbatch (la aclamada serie Sherlock) y David Kross (The Reader), a los que se les suman los debutantes Jeremy Irvine como el dueño del caballo y una bonita y simpática Celine Buckens. No debemos olvidar, por supuesto, a otros grandes del cine como Emily Watson y David Thewlis, quienes siempre brindan personajes secundarios de calidad. Otro detalle que no se debe pasar por alto es que la mayoría del tiempo vemos la película a través de los ojos de un caballo, el protagonista principal del film, y el uso de los equinos en el proyecto fue sublime, ya que estuvieron tan bien amaestrados (y tan bien dirigidos también) que transmiten emociones com sus movimientos y sus reflejos; eso me pareció brillante, y era uno de los temas que no sabía cómo iba a funcionar en la película.
Y aunque el elenco sea eximio, hay algo en Caballo de Guerra que desentona, y es esas ganas terribles de agradar a todo el mundo, de generar lástima y, por supuesto, sacar cuantas lágrimas posibles para llegar a los tan ansiados galardones. No es culpa de los guionistas Lee Hall (Billy Elliot) y Richrd Curtis (Four Weddings and a Funeral, Nothing Hill, Love, Actually) porque lograron un trabajo excelente en su guión, pero la exarcerbada penura que destila la película es demasiado, incluso cuando estamos ante un Spielberg a puro despliegue visual.
Caballo de Guerra es otra gran película de Spielberg, quien sigue impertérrito en cuanto a cine de calidad se precie; una lástima que empuje demasiado para gustarle al público con una historia correcta, pero por demás empalagoso al extremo.
Calificación: B+