Revista Cultura y Ocio
Al pie de las murallas de la vieja ciudad donde nací, cuelga de un muro una testuz de piedra casi informe, luna llena de un tiempo congelado.
Pudo ser la cabeza de un dios tótem o un capricho de lesa geología. Está allí desde siempre, alzando un párpado de granito que escruta mi memoria.
A su lado pasaban carreteros con sus cargas de grava desde el río, trote alegre por calles empedradas.
Vio mis juegos, mis sueños. Es la esfinge cuyo enigma no sé. La inalcanzable piedra viva en el fondo de mi infancia.