Revista Cine

Cadena perpetua: Las películas carcelarias

Publicado el 18 septiembre 2015 por Anionce

humor

Las películas carcelarias siempre han sido una debilidad. Por gustarme, me gustó hasta la última de Stallone y Schwarzenegger. Me pareció fascinante que alguien se dedicara a infiltrarse en prisiones para intentar escapar y probar que la seguridad era en realidad una mierda. Sin duda, una profesión que luce en el currículum.

El caso es que las películas sobre cárceles siempre me han interesado, quizás porque es algo que en teoría nunca voy a experimentar ( ehem); y además da lugar a infinidad de historias de las que me gustan a mí, con juicios, apelaciones y muchos crímenes sin resolver.

En realidad, llevo años secretamente esperando el día en que me llegue una carta procedente de la prisión federal de Fort Dix, Alabama, en la que un misterioso hombre, pongamos que se llama Benjamin Stone, me relate la historia de su vida. La historia de cómo fue acusado injustamente del asesinato de su esposa y más tarde condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. La historia de cómo tras más de treinta años en prisión, todavía sigue esperando que algún día alguien atrape al hombre que le arrebató todo lo que tenía: su mujer y su libertad.

Y porque no es una buena peli de prisiones si alguien no intenta fugarse, Ben ideó el plan de escape perfecto, pero alguien le traicionó. ¿Sabéis el típico cobarde que al principio parece que puedas confiar en él pero al final siempre te la acaba jugando? Pues fue ese.

Después de pasar ocho meses en confinamiento solitario, Ben decide que ha llegado el momento de tomarse en serio lo de luchar por su libertad, así que empieza a escribir cartas al presidente y a diferentes senadores (¿ha funcionado eso alguna vez?). Más tarde, decide rebajarse y dirigirse a abogados de prestigio y periodistas del New York Times que ganaron algún premio Pulitzer. Y cuando estos también le ignoran, Benjamin opta por escribir al bufete de su pueblo natal y, por fin, la becaria avispada le contesta. Y es entonces cuando Abby Williams empieza a investigar y descubre que, en realidad, las pruebas eran meramente circunstanciales y el abogado de oficio no llevó a cabo su mejor trabajo con la defensa. Que los testigos fueron sobornados y el jurado coaccionado. Un verdadero despropósito.

Cadena perpetua: Las películas carcelarias

Mientras tanto, Ben se convierte en una leyenda dentro de prisión, a lo Morgan Freeman. Todos acuden a él buscando consejo y le apoyan en su lucha por la libertad. Ben empieza a organizar clubs de lectura y anima a las causas perdidas a ponerse a estudiar. Así pues, cuando finalmente consigue su vista para la apelación, sus compañeros secretamente rezan para que no les abandone.

Pero Abby Williams se ha tomado en serio su trabajo (antes solo llevaba cafés a los jefazos) y ha conseguido convencer al juez de que se cometieron muchas irregularidades y Ben ya ha pagado suficiente por algo que ni siquiera hizo. El juez está de acuerdo y ordena que le pongan en libertad (que quizás no es legal, pero en las pelis todo se puede).

Benjamin es finalmente libre.

GIRO FINAL: Benjamin era culpable.

PD: Abby lo descubre por un pequeño detalle que se le pasó por alto y se desmorona. Ben le guiña un ojo y sonríe complacido.

La recomendación del día es FELON (¿os pensabais que iba a recomendar Cadena perpetua, ¿eh?).


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