Por primera vez tras 8 años de haberse creado, el tribunal internacional para el genocidio de Camboya, con el respaldo de Naciones Unidas, condenó a cadena perpetua a dos de los altos mandos del régimen liderado por Pol Pot en los años 70.
El ideólogo y número dos del partido ultra-maoísta, Nuon Chea, de 88 años, y el exjefe de Estado, Khieu Samphan, de 83 años, escucharon la semana pasada el fallo del tribunal ante varias víctimas y familiares de los crímenes de lesa humanidad cometidos entre 1975 y 1979.
Se estima que durante el régimen instaurado por Pol Pot, cerca de 2 millones de personas fueron condenadas al hambre, torturadas y asesinadas.
Ambos dirigentes negaron haber sido cómplices del genocidio; hasta estas condenas, la única persona encarcelada por los crímenes cometidos en ese periodo había sido el exjefe de la prisión S21, apodado Duch.
Duch fue profesor y luego dirigió el centro de detención y torturas que antes ocupaba una escuela de secundaria en la capital, Phnom Penh, hoy Museo del Genocidio. En él, entre 14.000 y 17.000 personas fueron detenidas, torturadas y asesinadas.
Buena parte de los responsables, incluido el propio Pol Pot, murieron sin haber sido juzgados. Las víctimas sobrevivientes han podido ver a muchos de los verdugos del régimen caminar por las calles de sus ciudades o pueblos.
Otro motivo por el cual es difícil que la justicia llegue en tiempo y forma, es la avanzada edad de quienes en la década de los 70 actuaron durante la barbarie.
Dos años atrás, Ieng Thirit, responsable de asuntos sociales durante el régimen, fue puesta en libertad luego de que el tribunal la declarara incapaz de enfrentar un juicio por sus condiciones de salud. Actualmente tiene 82 años.
Imagen: Una pintura de Vann Nath, sobreviviente del S21, fallecido en 2011.