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Cajon Deportivo – Gheorghe Muresan

Publicado el 07 febrero 2017 por César César Del Campo De Acuña @Cincodayscom

Cajón Deportivo…por César del Campo de Acuña

Aficionados al deporte, sean bienvenidos una vez más a Cajón Deportivo, la sección dedicada a recordar a todos aquellos ídolos del deporte que han caído, más o menos, en el olvido.  Hoy les voy a hablar del jugador más alto de la historia de la NBA.

Cajon Deportivo – Gheorghe Muresan
¿De quién hablamos?: de Gheorghe Dumitru Mureșan, Gheorghe Muresan, un ex jugador de baloncesto rumano nacido el 14 de febrero de 1971 en Tritenii de Jos, Rumania.

¿Por qué le recordamos?: los aficionados al deporte en general y al baloncesto en particular le recordamos por ser el jugador más alto de la historia de la NBA (era unos milímetros más alto que el sudanés Manute Bol).

¿Qué fue de él?: Tras su agónica retirada tras la campaña 2000-2001 en las filas del equipo francés ÉB Pau-Orthez, Ghiţă (apodo con el que era y es conocido Muresan y que significa pequeño Gheorghe) es el embajador de los Washington Wizards, se dedica a organizar campus de baloncesto en Estados Unidos y Rumania, hace apariciones en eventos especiales (como el partido que jugo para los Maryland Nighthawks de la ABA en el que, curiosamente, no era el hombre más alto del equipo, siendo el jugador chino Sun Mingming con 2,39 de altura).

¿Sabías que…?: Fue descubierto por casualidad. Con quince años acudió a un especialista médico para tratarse sus dolores a la ciudad de Cluj-Napoca. El doctor quedo sorprendido cuando en su consulta entro un desgarbado muchacho que superaba los dos metros de altura. Entonces le pregunto que donde jugaba a lo que Muresan respondió ¿jugar a qué? El resto, como suele decirse, es historia aunque una que merece la pena contar ya que quiso la providencia que aquel doctor fuera arbitro y aficionado al baloncesto en sus ratos libres lo que le llevo a hablar con el entrenador de Universidad de Cluj-Napoca. El joven Muresan se formó baloncestísticamente allí. Al principio, según sus propias palabras cometía más errores que otra cosa y era de largo el peor jugador de su equipo pero entreno sin descanso para tratar de ayudar a su equipo a ganar partidos y para que sus padres no se sintieran avergonzados. Mejoro tanto y tan rápido que fue llamado a la selección junior de Rumania que jugaría el Campeonato del Mundo de 1991 disputado en Edmonton, Canadá. Su tarjeta de presentación internacional no pudo ser mejor. A nivel colectivo, Rumania logro un meritorio quinto puesto (un puesto por encima de España) mientras que Muresan se corono como el segundo máximo anotador del campeonato (23. 4 puntos por partido) y el máximo reboteador (11. 4 capturas por noche). Aquello, a pesar de su edad, le abrió las puertas de la selección absoluta de su país donde ya se había convertido en toda una celebridad.

En octubre de aquel año, durante la segunda ronda en la extinta Recopa de Europa el Cluj-Napoca se enfrentaba al equipo francés Pau Orthez, el cual esperaba pasar por encima del equipo rumano, pero el que les arrolló fue Muresan. El gigante tuvo dos actuaciones sensacionales ante el equipo galo (el cual termino pasando la eliminatoria) lo que le abrió las puertas de par en par al gran baloncesto europeo ya que el presidente del Pau Orthez, viendo aquella exhibición de poderío no dudo en fichar a Muresan tras pugnar con el equipo italiano Messaggero de Roma. En Francia no solo mejoro, sino que finalmente se le pudo extirpar el tumor que tenía en la glándula pituitaria y que le había hecho crecer tanto. En Francia se convirtió en una estrella y en el hombre a parar de su equipo (18,7 puntos y 10,3 rebotes por partido) ayudando a que el Pau Orthez lograra el subcampeonato nacional, la victoria en la Copa y llegar a cuartos de final en la antigua Euro Copa donde llego a jugar contra el Real Madrid liderado por Sabonis. El Barcelona trato de fichar al gigantesco jugador rumano para convertirlo en la oposición perfecta a Sabonis. Llego a ofrecer 130 millones de las antiguas pesetas a Muresan pero un informe medico poco favorable hizo que, a última hora, no firmara cuando lo tenía hecho. Este informe no se hizo público para no perjudicar a Muresan de cara al Draft de aquel año. Aunque él siempre había dicho que antes de ir a la NBA tenía que aprender a jugar, muchos ojeadores ya le tenían echado el ojo y por eso dio el salto.

Salió con el número 30 de la segunda ronda del draft de 1993 cuando fue escogido por los Washington Bullets (hoy Washington Wizards, los cuales cambiarían su nombre pocos años después debido a la violencia que había en las calles de la ciudad). Aquel año llegaron a la liga jugadores como su futuro compañero Chris Webber, Shawn Bradley, Penny Hardaway, Allan Houston, Nick Van Exel, Sam Cassell y tanto otros. Como curiosidad, hay que señalar que Muresan escogió el dorsal 77 porque reflejaba su estatura en pies y pulgadas. A pesar de que llego a la NBA el mismo año que el gigantesco Shawn Bradley (2,29) rápidamente se convirtió en el centro de atención por su tamaño por lo que tuvo que volver a lidiar con todo aquel magnetismo mediático que su figura despertaba.

Sus dos primeros años fueron de adaptación. Muresan se enfrentaba a por primera vez a jugadores que no se sentían intimidados por su tamaño, pero el rumano demostraba noche tras noche que tenía mucho que decir en la mejor liga de baloncesto del mundo mostrando una progresión notable en sus dos primeras campañas en los apartados estadísticos de minutos, puntos, rebotes y porcentajes de tiro. Muresan, además no solo trabajaba duro para mejorar en la pintura, sino que hacia todo lo posible por aprender inglés lo que le facilitaría enormemente su trabajo en la cancha. En su tercer año en los Bullets, totalmente adaptado (sin la barrera idiomática), y a pesar del puntual Lockout, se convirto en el jugador de Mejor Progresión de la liga (NBA Most Improved Player) logrando 14,5 puntos y 9,6 rebotes por partido. Por si eso fuera poco, su personalidad, carisma, humildad y la capacidad de aceptar ser el centro de atención, le convirtieron en uno de los jugadores más queridos y respetados de la liga.

Pero claro, ante la incertidumbre del Lockout, Muresan volvió, brevemente, al equipo que le dio su primera gran oportunidad profesional, el Pau Orthez. Jugó 8 partidos con el conjunto galo y se convirtió en la pieza clave del equipo. Para el recuerdo queda como ayudo a obtener al equipo francés una plaza para la fase final de la Copa de Europa frente al Olimpia Ljubljana de Eslovenia.

Su siguiente campaña en la NBA no fue tan productiva como la que le vio hacerse con el premio MIP. Si bien es cierto que volvió a pasar del 60% de acierto en tiros de campo, los primeros problemas físicos empezaron a cobrar un peaje a la carrera del gigantesco rumano. La destitución de Jim Lynam, principal valedor de Muresan tampoco ayudo y las estadísticas del pívot sufrieron una severa regresión pasando de 14,5 puntos y 9,6 rebotes a 10,6 puntos y 6,6 rebotes por encuentro. El siguiente año se lo pasó en blanco debido a una lesión en el tendón de su tobillo derecho. Tan solo tenía 26 años y era el principio del fin de su carrera como jugador. No obstante se mantuvo activo fuera de las canchas en sus últimos años en “activo” llegando a coprotagonizar junto a Billy Crystal la desastrosa comedia Aquí mi gigante, ser la cara visible de una conocida campaña publicitaria de Snickers y aparecer en el videoclip de Eminem, My name is.

En la temporada 98-99 firma con los New Jersey Nets. Se pasa toda la temporada en blanco a expensas de un postrero partido a final de temporada. Su última temporada en la NBA le vio jugar tan solo 30 encuentros que se saldaron con 3,5 puntos y 2,3 rebotes. Intento convencer a los Utah Jazz y a los Dallas Mavericks de que podía jugar en la liga de verano, pero no logro pasar el corte de ambas franquicias. No obstante, Muresan no se dio por vencido y volvió al Pau Orthez por tercera vez, coincidiendo con Roger Esteller, Boris Diaw y los hermanos Pietrus. Se despidió del baloncesto profesional en la Suproliga con 11,7 puntos y 5,3 rebotes. Sus lesiones de tobillo y espalda hicieron que su carrera terminara mucho antes de lo espera. Tras su retirada se entregó a la vida familiar (está casado y tienes dos hijos, uno de ellos rindiendo a buen nivel en los Hoyas de George Town en estos momentos).

Según sus propias palabras los rivales más duros a los que le toco defender durante su corta carrera en la NBA fueron: Patrick Ewing y Rik Smits en la conferencia Este, mientras que en la oeste fueron Hakeem Olajuwon y Shaquille O’Neal (aunque a este último la rocosidad de Muresan le llegaba a sacar de quicio). No obstante, jugadores como Marty Conlon y Sabonis llegaron a decir que defender a Ghiţă era como tratar de defender a una pared de ladrillos. En términos generales, un equipo al que le encantaba enfrentarse era los Chicago Bulls de Michael Jordan, con los que se topó en la primera ronda de playoffs de la 96-97.

Aunque no tiene otra cosa que buenas palabras para todos sus excompañeros (unas de sus grandes cualidades fueron su diplomacia y la capacidad de ser el primero en reírse de sí mismo, según su ex compañero Chris Webber) el que destacaba entre todos ellos era Rod Strickland por su velocidad e inteligencia en la cancha.

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