Ella me inculcó que "la comida no se tira", me enseñó a conservarla debidamente, a aprovechar todo lo que hay en la despensa y en la nevera... Me decía que una buena cocinera es la que con poco, elabora un gran plato; eso es tener educación y buen gusto. Sin duda, esos restos hay que presentarlos como si se tratara de una comida recién hecha y si se trata de un aprovechamiento o reciclaje, dar el mismo mimo a la elaboración del plato. Yo he tenido la suerte de escuchar todo esto durante muchos años y no lo he olvidado, transmitiéndolo ahora a mis hijas.
Diréis que soy pesada y repetitiva con este tema, pero pena me da ver como se tira tanta comida a la basura pudiéndose aprovechar.Si os parece echamos una ojeada a nuestra nevera y despensa, seguramente encontraremos grandes tesoros que nos servirán para elaborar estupendos platos. Los reunimos, soplamos y hacemos magia con ellos.
Yo he encontrado un resto de coliflor "esparragá", unas yemas de huevo que me quedaron de hacer unos huevos rellenos ( os los enseñaré más adelante ), un poco de Parmesano rallado y un solitario calabacín negro. Con esto y un poco de imaginación, el resultado fue éste.
INGREDIENTES
- un resto de coliflor esparragá
- 1 calabacín negro
- queso parmesano rallado
- 4 yemas de huevo duro
Ingredientes para la bechamel de cobertura:
- 25 g. de AOVE
- 25 g. de mantequilla
- 1/2 cebolla
- 25 g. de harina de trigo
- 300 g. de leche semidesnatada
- sal y pimienta al gusto
- nuez moscada
- PREPARACIÓN
En un bol mezcla la coliflor con las yemas de huevo duro. Rellena las mitades de calabacín.
Echa encima de cada una de ellas la bechamel reservada. Espolvorea el queso rallado y gratina en el horno hasta que se dore.
Y ahora os tengo que dejar que me llevo el plato a
En Thermofan no se desperdicia nada y Marisa G. recoge todos nuestros reciclajes con mucho gusto y encantada.