Rellenar verduras es una excelente manera de introducir este alimento en la dieta de los más jóvenes. Permite miles de combinaciones y si le añadimos un copete de queso que se funda en el horno, los niños no dejarán nada en el plato.
El calabacín es suave y si lo rellenamos de pescados o frutos de mar, su sabor se verá amplificado por la delicadeza de los mariscos.
He elegido estos calabacines redondos porque son más vistosos y permiten rellenar con más cantidad que los alargados, pero podéis utilizar los clásicos sin problema.
Vamos al lío...
Para 5 personas:
- 5 calabacines redondos
- 500 g de langostinos crudos
- 250 g de merluza (puede ser merluza congelada en filetes o lomos que se ha descongelado previamente)
- 1 cebolleta o cebolla
- 1 chorrito de vino blanco
- 100 mL de nata líquida
- queso rallado para gratinar
- aceite de oliva virgen
Se lavan y secan los calabacines. Se procede a vaciarlos. Para ello se corta una tapa por arriba y con una cucharita se va vaciando toda la pulpa:
Se pone una cazuela grande con agua salada y se colocan los calabacines vacíos. Se lleva a ebullición, se pone una tapadera y se mantiene durante 10 minutos.
Se escurren y se reservan los calabacines.
Mientras tanto se pone en una sartén un poco de aceite de oliva y se pocha unos minutos una cebolla picada. Se añade la pulpa de los calabacines cortada en dados (yo no añadí toda, pues al llevar pescado va a sobrar algo de relleno).
Se precalienta el horno con calor arriba y abajo a 200ºC. Se incorpora la merluza troceada con el chorreón de vino blanco y se deja que reduzca:
Y por último los langostinos pelados y cortados en trozos (excepto unos 5-10 para la decoración final) junto con la nata líquida. Se rectifica de sal y pimienta y se deja que se cocine un par de minutos.
Con esta farsa se rellenan los calabacines con ayuda de una cucharita. Se colocan en una fuente apta para horno y se pone un copete de queso y el langostino reservado.
Se hornean unos minutos hasta que se gratine el queso. Se sirven inmediatamente.