Los periodistas estamos inmersos hoy en el cambio más importante de nuestra carrera, y además con gran rapidez. Obligados por el desarrollo de Internet pasamos del periodismo tradicional al digital o cibernético, un desafío verdaderamente impresionante.
Pero no sólo damos este histórico paso, sino que en forma paralela definimos campos de acción ante el llamado periodismo ciudadano, es decir, el que con frecuencia se practica sin respeto a las normas legales, éticas y técnicas que exige la profesión.
Llamamos periodismo tradicional al que se ejerce habitualmente a través de prensa, radio y televisión sin entrar de lleno a la era digital, aunque muchos de estos medios tradicionales se encuentren ya en diversos procesos de adaptación a la nueva tecnología.
Tanto el periodismo tradicional como el digital requieren oficio, o sea, toda la gama de conocimientos que exige la tarea informativa, cosa que no puede garantizar un informador ocasional. Recordemos que el periodista no se hace en un día, generalmente necesita toda una vida para consolidar su profesión.
Entre el periodismo tradicional y el digital hay un parteaguas muy importante, pero más de forma que de fondo porque la ética periodística no cambia. Igual que en los medios tradicionales, el verdadero periodista, el que ama y respeta su oficio, pasa a la era digital a defender la justicia, las mejores causas de su comunidad.
Es más, ni siquiera cambian los géneros periodísticos, que siguen siendo los mismos: noticia, reportaje, entrevista, crónica y artículo de fondo, entre otros, aunque sujetos desde luego a nuevas formas de presentación y expresión: multimedia, oportunidad, periodicidad, textos, contextos, vínculos, etcétera.
La democratización del periodismo, es decir, la multiplicación de las fuentes informativas, viene, eso sí, a demoler monopolios informativos ejercidos por medios tradicionales, lo que también puede resultar provechoso para los periodistas, porque se amplía su abanico de oportunidades laborales.
Y algo fundamental: En su tránsito hacia el periodismo digital el periodista no puede perder calidad porque su público la seguirá exigiendo incluso con más fuerza y eficacia, ya que en esta nueva era las audiencias no sólo reciben información, sino que tienen también el poder de emitirla casi en forma simultánea.
Artículo publicado por el diario La Crónica de Hoy-Jalisco en su edición del viernes 16 de enero de 2015.
Artículo relacionado: Entre el periodismo profesional y el ciudadano.