Cáncer de hígado

El tipo de cáncer de hígado más frecuente es el carcinoma hepatocelular y es mas frecuente en hombres, aunque no excluye a mujeres.
Este cáncer está muy relacionado con la cirrosis ya que causa daños irreversibles en el hígado. La cirrosis se puede adquirir debido al consumo de alcohol, historia de hepatitis B y C, inflamación crónica del hígado y enfermedades autoinmunes. Dicho esto es muy fácil saber que la prevención consiste en cuidar el hígado sobretodo eliminando el alcohol o dejarlo para ocasiones muy especiales, así evitamos una futura cirrosis y por consecuencia un cáncer de hígado. 
Me gustaría incidir en el tema del alcohol ya que parece que la gente no está concienciada con el daño que llega a hacer. Es muy típico cuando el profesional sanitario pregunta si usted bebe alcohol y la respuesta es no, solo dos copas de vino al día, una cerveza y un carajillo después de comer. Señores, esto es beber alcohol. Otro caso es el de los jóvenes, si les preguntas si beben alcohol te dicen no, solo cuando salgo de fiesta, tres o cuatro cubatas. Tu como profesional sanitario le preguntas cuando sale de fiesta y te contesta que todos los fines de semana. Joven, esto es beber alcohol en cantidades excesivas. Sinceramente me asusta la cantidad de alcohol que están bebiendo los jóvenes y puedo asegurar que esto acabará trayendo muchos problemas. Las autoridades sanitarias van locas creando campañas para disminuir esta conducta pero parece que es tarea difícil. 

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Ahora que sabemos las causas vamos a centrarnos en los síntomas. El síntoma más visible es la ictericia. La ictericia es la coloración amarillenta que adquiere la piel y mucosas cuando el hígado no funciona correctamente. Este debe ser un síntoma de alarma aunque no solo indique cáncer, podría ser cualquier otra patología del hígado y hay que darle importancia. Otro síntoma es dolor en la parte derecha superior del abdomen, donde se encuentra el hígado. Un síntoma muy característico es el abultamiento del abdomen y a la vez pérdida de peso. Y por último, un síntoma que pasa un poco desapercibido y es la formación de hematomas y pequeños sangrados. 

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Para el diagnóstico normalmente se hace un análisis de sangre de perfil hepático y si esta sale alterada se procede al segundo paso, que suele ser un TAC de abdomen o ecografía abdominal y por último una biopsia de hígado.
y por último lo más importante, el tratamiento. Si el tumor está muy localizado en el hígado se puede extirpar quirurgicamente. La extirpación puede ir acompañada de quimioterapia directa en el hígado o general intravenosa. Si el hígado está cirrotico no se aconseja radioterapia y por último, si la persona es candidata a trasplante se le puede incluir a la lista de trasplantes pero hay que cumplir con unas condiciones, entre ellas no ser alcohólico. 
Si al momento de detectar el cáncer de hígado éste se ha diseminado por metástasis a otros órganos no habrá tratamiento posible. En este caso solo quedan cuidados paliativos para pasar el tiempo que queda de la mejor manera posible. Se estima que el pronostico de vida no es superior a seis meses cuando el cáncer de hígado no se puede extirpar. 
Recuerda que es mejor prevenir que curar y es mejor, en este caso, no beber alcohol y no pasar por todo esto.