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Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Por @asturiasvalenci Marian Ramos @asturiasvalenci
Nadie lo diría al pasear por el casco histórico de Cantavieja porque el silencio que podemos escuchar hoy fue antaño, un grito desgarrador que sacudió el Maestrazgo. Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Volvemos a Teruel. A ese territorio entre dos tierras. Abrupto, inhóspito pero para muchos, sumamente atractivo. Cantavieja, entre dos provincias, Teruel y Castellón. Entre dos sierras, Beceite y Gúdar. Entre la influencia que llega del Mediterráneo, ese aire rural y serrano que nos invita a pasear y reconciliarnos con la naturaleza y con sus gentes, personas que luchan por subsistir en este territorio tan alejado de todo. Nos olvidamos de las prisas y del tiempo. Y charlamos con ellos… Buena gente, sobrios, pero muy acogedores.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

No fue fácil subsistir para Cantavieja porque cartagineses, musulmanes, templarios, carlistas y maquis se la disputaron sin tener en cuenta el trabajo, sudor y esfuerzo de sus habitantes. Todos se empeñaron en convertirla en su bastión fortificado.Dicen que fue Aníbal Barca quien la llamó Cartago Vetus y ordenó construir en ella un castillo. Siglos después, Alfonso II expulsaría a los musulmanes y la anexionaría al Reino de Aragón. Cantavieja se convertiría en una gran frontera frente al poderoso reino musulmán de Valencia. Entonces, fue donada a la Orden del Temple quien la administró hasta su completa disolución. Y fue así porque los templarios se negaron a salir del Maestrazgo y se atrincheraron en el castillo.Aún quedan más huellas históricas… Cantavieja fue conocida en el siglo XIX como la ‘novia del Maestrazgo’ porque el general, Cabrera, optó por realizar lo mismo que sus antecesores dominadores y la eligió como cuartel general carlista. Aquí, alejado y escondido, el ‘Tigre del Maestrazgo’ dirigió todas sus operaciones contra el ejército isabelino. Reforzó sus murallas y ordenó fundir la artillería que utilizaban sus hombres.


Cuando paseemos por su casco histórico, su silencio nos hablará de ese acentuado sentido de la independencia que querían los templarios; de la foralidad por la que luchaban los carlistas o por esa libertad que promulgaban los maquis.
Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Pero Cantavieja también tuvo su aire bohemio y artístico. Fue idolatrada por Pío Baroja y Benito Pérez Galdós en alguna de sus novelas. Visión tranquila y sosegada de ese gran pintor valenciano cuyo padre era comerciante en estas tierras, Joaquín Sorolla. Con su delicadeza y sus colores nos quedamos para visitar esta bonita villa del Maestrazgo.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


¿Me acompañas?Ya estuvimos visitando Mirambel, aquel pueblo propio de un escenario de película. Ahora, circulamos hacia Cantavieja contemplando un paisaje rocoso y agreste donde la soledad se siente en cada curva. Y después de estrecharse y ensancharse la carretera, de jugar en zigzag y cambiarnos continuamente la perspectiva del paisaje, de pronto, allí arriba, en lo alto de un promontorio rocoso aparece Cantavieja. Perfilada por su muralla y los restos de un castillo y un torreón circular. Pintoresca por sus casas que desafían al barranco.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Curiosamente, nos vamos acercando a ella. Sin embargo, sigue tan elevada como antes. Y parece que las paredes de su promontorio nos vayan a engullir. Pero no, porque de pronto comenzamos a ascender de una forma vertiginosa y en poca distancia, casi sin darnos cuenta, nos encontramos en la calle de entrada a su casco histórico.Habrá que abrigarse mucho si es invierno porque nos encontramos a 1. 299 metros de altitud. Buen clima para secar el jamón… ¿verdad?Entramos por la calle Mayor y nos invade una gran tranquilidad. Parece mentira que Cantavieja nos ofrezca su cara risueña y acogedora después del pasado que tuvo que soportar. A ancianos y jóvenes nos lo encontraremos dando vida a este pueblo. En un ir y venir lleno de vitalidad y energía.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Quizás te ocurra lo mismo que a mí. Lo más hermoso de Cantavieja es su Plaza Mayor. Y enseguida nos vamos a encontrar en ella. Y no va a hacer falta que preguntemos a nadie porque es la imagen que la identifica. Una plaza porticada. Un gran espacio abierto donde el Ayuntamiento y la iglesia pugnan por tener el mismo protagonismo que los soportales.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Andamos levantando el polvo del camino. ¿Por qué? Pues porque el suelo de esta plaza sigue siendo de tierra. Aquí celebran la vaquilla y las ‘tranzas’, una subasta popular donde se vende las tripas del animal al mejor postor.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

En el edificio del Ayuntamiento nos llama la atención el escudo de Cantavieja. Un castillo almenado con el perfil de una anciana tocando un tambor. A cada lado de la fortificación hay un león resguardándola.

Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Al lado de este edificio hay una puerta con forma de arco que nos lleva a un pequeño mirador. 


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Regresamos sobre nuestros pasos y nos dejamos llevar por cualquiera de sus calles donde podemos contemplar tanto casas muy humildes junto a caserones con aleros típicos del mudéjar aragonés y esas rejerías tan peculiares que adornan ventanas y balcones.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Es posible que lleguemos a una pequeña ermita con ventanas de piedra tallada. Desde aquí otro mirador para contemplar las sierras del Maestrazgo que nos rodean.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Un extenso jardín nos separa de los restos del castillo. Vamos rodeando el pueblo y llegamos a un gran mirador. Desde aquí vamos a poder sentir la inmensidad del Maestrazgo. Abajo, en lo profundo del valle, aquella carretera que nos ha traído hasta aquí. Diseminadas por las montañas, algunas masías aisladas, algunas ya abandonadas.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo

Masías que surgieron por la dificultad que existía en labrar esta tierra. Y los masoveros decidieron dedicarse a la cría de animales, sobre todo, del cerdo. Este animal se convirtió en la esperanza para que Cantavieja no cayera en el olvido recuperando una tradición chacinera que estuvo a punto de perderse. El clima, la tradición y la mano de obra se vieron recompensados con la Denominación de Origen de Teruel para su jamón.


Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo


Aquí, en estas tierras del Maestrazgo se crían una raza especial de cerdos que producen mayor grosor de grasa. Aquí los alimentan con piensos especiales y les dejan vivir más tiempo. Luego, para curar el jamón, el aire de la sierra que sopla desde noviembre hasta marzo hace el resto. Una estrella de fuego nos lo certifica en cada pieza. Un aroma y un sabor inconfundible nos despiden de Cantavieja…

Cantavieja, el silencio histórico del Maestrazgo
¡Ah! Por cierto, también puedes visitar el Museo Carlista que lo tenemos en la Calle Mayor. Yo no lo hice, pero aquí te dejo información por si te interesa.

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