Emblema, by Igor.
El barullo de los primeros tanteos del asedio continuaba, a la vez que un puñado de hombres decidía el destino de todos. Nadie se atrevió a responder a las súplicas, a las promesas del oficial al mando, hasta que un arquero de rostro grande y pelo corto y canoso exclamó:—¡Pestes! Tengo cinco bastardos que se morirán de hambre si no salimos de ésta. Contad con mi arco, señor.Otros dos arqueros también se presentaron como voluntarios, y hasta un cuarto quiso unirse al grupo. Entonces el gobernador de la Marca Sur, levantó una cajita de madera negra, repujada con arabescos de plata. La caja emitía sonidos extraños, como si alguien estuviera rascando la madera desde dentro. Ignorando los dardos de los enemigos, el veguer se erigió, y muy derecho se acercó a los tres para besarlos en las mejillas con gran emoción, en un último acto de homenaje.—Sólo el metal abrasador puede herirla. Calentad las puntas de vuestras flechas en esos braseros… Y, ahora, cerrad los ojos. Debéis tragaros esto —dijo, señalando la cajita negra. Algo se caracoleaba, algo raspaba las paredes lisas de la caja.Les susurró unas palabras al oído, antes de que los rostros de aquellos tres parecieran perder la sangre, antes de que su piel se marchitara como una rosa en invierno y sus labios se cerraran para no volver a abrirse. A los que presenciaron la transformación, se les encogió el corazón, tocados por un horror remoto. Aquellos que quizás los salvarían no parecían oír, ni sentir, y sus ojos helados atendían a algo invisible en la negrura. El veguer, conmocionado, se apartó de ellos, sabedor que éstos ya no se encontraban ni en este mundo ni en el otro.Los últimos dardos lanzados por los montañeses picaron contra la piedra de las almenas y no los siguieron más. Un canto hermoso amaneció del bosque oscuro y la dama apareció, radiante, frente a las puertas de Taonos. Como un espectro de hiriente blancura, su luz parpadeaba, oscilante, bajo los muros. Los guerreros de las llanuras no la hostigaron. Se limitaron a contemplarla, cegados, colmados ante su belleza terrible, embelesados por su voz antigua, eterna, quizá verdadera.Pincha aquí para empezar la HistoriaQuedan UN fragmento para acabar el relato de Taonos.
Canto Hermoso de la Bruja