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Caridad

Por Soniavaliente @soniavaliente_

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No hay dinero para nada. Ya lo saben. Pequeños héroes anónimos hacen malabarismos para llegar a final de mes, del día, de la vida. Noticias de científicos que hacen lo que sea para que, en este país de camareros, sus líneas de investigación no se mueran. Hace unos meses, una científica del CSIC acudía a la televisión al concurso “Atrapa un millón” para conseguir dinero para continuar investigando acerca de la enfermedad HHT. Una enfermedad que afecta entre 8.000 y 10.000 personas en España.

Si nada lo impide y el dinero no llega, María Luisa Botella tendrá que abandonar el mes que viene todos los avances conseguidos hasta la fecha. En esas estamos. Esta semana la Reina Sofía decía en la apertura del curso escolar que apostar por la educación era el futuro. Lo mismo se podría decir de la investigación.

También estos días, un cura de Onda saltaba a los papeles por invertir los 5.000 euros ganados en otro concurso en un comedor social para niños. Si un miembro de la Iglesia necesita acudir a la televisión para financiarse es que el mundo se acaba. Fuera bromas, el párroco también contó con una subvención municipal y –oh, milagro- financiación privada.

Caridad

La buena voluntad está siendo la solución, el parche, a situaciones insostenibles a las que las instituciones no llegan. Y eso no puede ser. No puede ser que TVE emita un programa que se llame “Entre todos”. Y entre todos, a modo de telemaratón patético, se reúna la calderilla necesaria para reparar situaciones familiares, laborales y sanitarias sonrojantes que el Gobierno, y no la financiación privada, debiera solucionar.

Pero éste es un país solidario. Con imaginación. Y el crowdfunding o micromecenazgo está de moda. Es decir, poder financiar, sacar adelante un proyecto maravilloso, con minúsculas aportaciones de desconocidos por Internet.

Suele ser un disco, un libro, un documental… El enésimo proyecto de crowdfunding social: una exhumación de una víctima del Franquismo. Un vecino anónimo fusilado en Borriol en 1938. Para mear y no echar gota. La recuperación de la memoria histórica de todo un país se hace a través de la caridad, de la buena voluntad de unos pocos. Uf.


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