Su bio en Twitter lo resume todo: Periodista de informativos en Cuatro, antes en CNN+ y Antena 3 TV (París). Autora del blog “Jugaba en el Betis” y curiosa de los nuevos soportes de información… Es Carmela Ríos, una periodista analógica hasta hace tres años que acaba de dar la campanada en el bando 3.0 al ganar el Premio Ortega y Gasset al mejor trabajo en periodismo digital por su amplia cobertura del 15-M en Madrid a través de Twitter. Un merecido premio a un trabajo periodístico a pie de calle, a golpe de móvil y con toda la pasión que se necesita para contar bien las cosas. Me cuenta que estos días está viviendo un verdadero «tsunami» personal que le desborda y apabulla por momentos. Le robo unos minutos para entrevistarla, para conocer mejor su huella digital:
Enhorabuena por el Premio Ortega y Gasset. ¿Qué primera sensación has tenido al recibirlo?
Me llamaron por teléfono para anunciar la decisión del jurado. Me emocioné. Lloré.
¿A quién le dedicas el premio?
Pienso en los míos, en mi familia y también en cada uno de los amigos periodistas que me han enseñado tantas cosas, como Esther Vera, Enric González, Rafael Jorba o Antonio San José.
¿Desde cuándo estás en Twitter y por qué?
Estoy en Twitter desde agosto del 2009. ¿Por qué? Porque es un soporte perfecto para un periodista: puedes contar noticias en muchos formatos, dialogar con los lectores, trabajar con fuentes informativas y un montón de cosas más que, sospecho, nos quedan por descubrir.
¿Lo de tuitear a pie de calle el 15-M fue algo premeditado o espontáneo? ¿Con qué medios técnicos contaste?
Hay un poco de todo. En abril acudí a una primera manifestación de Juventud sin Futuro con la intención de echar un vistazo porque me interesan la evolución de los movimientos civiles, un fenómeno que viví de cerca en Francia, donde estuve trabajando como corresponsal. Aquella manifestación en la calle Atocha tuvo un gran eco porque acudió mucha gente. Las pancartas mostraban mensajes nuevos, de hartazgo ante la situación, de la necesidad de protestar. Eran textos frescos, fuertes que empecé a fotografiar con el móvil. Fue un punto de inflexión. Me dí cuenta de que el 15-M era un «bombón» para un periodista y decidí contarlo en directo con la ayuda de mi teléfono móvil. Era una Blackberry Bold 9700 (que tiene una cámara de fotos aceptable) y una conexión 3G. Esos fueron mis medios técnicos. Creo que fue el germen de lo que vendría después. Así que decidí seguir y contar en tiempo real con mi movilillo el desarrollo de aquel movimiento.
¿Alguna anécdota que te haya impactado de aquella experiencia?
Me impresionó la seriedad con la que gente joven, a la que a menudo se dibuja como indolente y «litronera», organizaba el trabajo en el interior de la acampada en Sol.
¿Crees que se repetirá algo similar al movimiento 15-M?
Creo que la semilla de la protesta civil en España está echada en buena tierra. Es un síntoma de madurez democrática e imagino que viviremos otros movimientos como ese.
¿Cómo administras tanto caudal informativo?
Con criterio periodístico. Menos mal que esto me llegó con algunos años en el oficio; si no, no sé qué hubiera hecho.
¿Desde Twitter se puede dar un bombazo informativo?
Por supuesto, es un soporte ideal para hacerlo por su capacidad para amplificar cualquier noticia. Esto lo saben ya los medios tradicionales que empiezan a adelantar sus exclusivas a través de Twitter.
Cuando te invité por primera vez al encuentro #NeThinking en la isla gallega de San Simón te sorprendió que contásemos con una periodista analógica para hablar de la revolución digital que estamos viviendo. Decías que venías a aprender del resto y ahora parece que están cambiado los papeles ¿no?
Nunca te agradeceré lo suficiente el haberme invitado, Nacho. Tú supiste detectar a través de Twitter que estaba inquieta, curiosa por saber y explorar este soporte para trabajar. Y me tendiste la mano para que hablara de ello en #NeThinking con un montón de sabios de Internet, personas humildes y generosas que hoy son amigos y que me han acompañado desde hace dos años.
¿Qué aprendiste de la isla? ¿Repetirás?
No cabría en esta respuesta todo lo que he aprendido estos dos años en la isla. Y por supuesto que repetiré (si me invitas).
Supongo que no te sumas a esa frase apocalíptica de que el periodismo ha muerto…
Uno de los hashtags que utilizo en Twitter con frecuencia es #stopcenizos. Es perfecta para neutralizar ese tipo de afirmaciones. El periodismo no ha muerto, ha muerto quizás un modelo de negocio tal y como lo hemos conocido, pero el periodismo está vivo y es más necesario que nunca.
¿Cómo ves el futuro de nuestra profesión?
LLeno de retos: monetizar (¿te suena?) en el caso de las empresas periodísticas, asumir los nuevos soportes y enseñar a las nuevas generaciones que las reglas del periodismo son las de siempre.
¿Qué debe aprender el periodismo de las redes sociales?
Que murió la información unidireccional.
¿Y las redes sociales del periodismo?
Que un usuario de una red social no es, necesariamente, un periodista en potencia.