
Para empanar carnes es mejor, desde mi punto de vista, hacerlo con carnes que nos garanticen su ternura. No es necesario hacer un gran desembolso comprando carnes excesivamente caras si luego quedan como "suelas de zapato". Sobre esto muchos entendidos opinarían que depende de si nos "meten gato por liebre", diciéndoos esto me ha venido a la memoria una anécdota que vivimos muchos granadinos hace algunos años, entre ellos mi marido y yo.
De sobra es conocida en Granada la costumbre de poner tapas gratis con la bebida en los bares, hay una cultura asentada de mucho, mucho tiempo y al bar que cobra lo mismo por la bebida y no pone tapa alguna se le adivina mal fin.

Al final cerró del todo, sancionado por utilizar ¡¡¡carne de gato!!! para sus tapas de pinchitos. Esta historia cundió en la ciudad y yo, para estas cosas no pongo la mano en el fuego, que me puedo quemar, aunque hay granadinos que juran y perjuran que esto es cierto, si no ¿a santo de qué se perdieron todos los gatos rollizos de la zona, que los contaban por cientos? No obstante os diré que si aquello era gato era una carne excepcional, al menos a mí me lo parecía y puestos a creer que las liebres, omnívoras ellas, trasiegan en los cementerios alimentándose con lo que encuentran, prefiero gatos, jajaja. Pensad que todo pueden ser cuentos.
Yo encuentro una carne ideal para empanar la de aguja de cerdo, queda tierna y jugosa. Comprobadlo vosotros y a ser posible elegidla con la menor grasa posible.

Ingredientes:
- Filetes de aguja de cerdo.- Ajos.- Perejil.- Zumo de limón.- Pimienta negra molida.- Harina.- Huevo.- Pan rallado.- Aceite de oliva.- Sal.
Elaboración:

Picamos menudos los ajos y el perejil. Exprimimos un limón y guardamos su zumo. Disponemos los filetes de aguja en un bol y salpimentamos, añadiendo ajos, perejil y zumo.
Dejamos macerar media hora, mezclamos un par de veces para que los filetes que queden arriba se impregnen por igual.

Batimos el huevo y diluimos con un poco de leche.
Pasamos los filetes por harina, luego por huevo y por último por pan rallado.


Servimos calientes acompañados de ensalada y patatas fritas (es lo ideal), pero fríos están también estupendos.
