Es famosa por ser una hembra alpha que le come la moral a sus rivales comiéndoles la moral y les suelta un grito que ni los espartanos.Hay quien dice que el secreto de su poder reside en que desayuna gitanos cagando.
Biografía
Su sueño era ser bailaora flamenca. Se apuntó a clases de flamenco desde que cumplió los tres años. Cuando tenía 8 años, su amiga y vecina, le sugirió que fuera con ella a jugar al bádminton. Fue una forma sutil de darle entender que lo del flamenco no era lo suyo. Fue una buena amiga que no quiso herir los sentimientos de Carolina. Eso o tenía miedo que Carolina le hiriese los sentimientos físicos. Es una cosa personal entre ellas en la que no nos vamos a meter.
Su madre ni siquiera había oído hablar de ese deporte, pero la llevó y así aprovechaba para marujear con otras madres.A los dos días, le compró una raqueta, justo cuando su hija se dio cuenta que aquello no era pelota vasca.
A partir de ese momento, Carolina Marín se interesó apasionadamente por el bádminton y dejó definitivamente el flamenco, perdiendo así el mundo una nueva Terremoto de Alcorcón.
Carrera deportiva
De mayor quiero ser flamenca
Comenzó a jugar al bádminton en el club de bádminton “Instituto La Orden” en su ciudad natal, Huelva. Hubo una gran competencia por entrar entre ella, un pollo que solo picoteaba y una cabra que se subía a una silla.Pronto sus padres la mandaron a Madrid a una especie de correcional para badminontontenistas.Llegaron victorias y títulos por 2014 y se hizo famosa por sus logros, pero sobretodo por sus gritos.
Pero en 2019 se lesionó de gravedad y empezó su decadencia.
Su peor año fue 2020. Perdió el entrenador y el preparador físico por los recortes de